La sequía está causando más daños en Centroamérica que el huracán 'Mitch'
Tortillas de maíz, mangos y ojón, una semilla utilizada para alimentar cerdos y que produce diarrea en el ser humano, son el único sustento de miles de centroamericanos desde hace semanas. La sequía que asola el istmo desde hace tres meses ha destruido entre el 40% y el 100% de los cultivos de maíz, frijol, arroz y sorgo en algunas zonas. El hambre afecta a 1,6 millones de personas en Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, según los datos del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas.
La situación es especialmente grave en Honduras, donde el Gobierno ha declarado el Estado de Emergencia Alimentaria en las regiones del sur, centro y oeste, y en Nicaragua, donde la escasez de precipitaciones coincide con una quiebra masiva de las haciendas cafetaleras. En El Salvador, la pérdida de las cosechas agrava la situación producida por los recientes terremotos. Para el PMA es la crisis alimentaria más grave en América Latina en la actualidad, el problema más urgente después del paso del huracán Mitch en 1998.
Guatemala ha visto cómo su producción agrícola se ha reducido en un 4%, especialmente la de frijol y maíz, según informó el ministro de Agricultura, Jorge Escoto. En Honduras, la sequía ha dañado 94.000 hectáreas de cultivo en ocho departamentos. Los municipios del norte y noroeste de Nicaragua han perdido entre el 80% y el 100% del maíz, arroz, quequisque y banano sembrado en mayo, según las agrupaciones agrícolas. El PMA calcula que 32.000 familias de la zona padecen hambre.
En este país, a la sequía se unen las intensas lluvias que hace un mes inundaron 21 comunidades de la costa caribeña, habitadas por 8.000 indígenas de la etnia miskita, y la quiebra de cerca de 30.000 productores de café, que ante la imposibilidad de pagar sus deudas por la bajada del precio del grano en los mercados internacionales, han cerrado sus cafetales y han despedido a sus trabajadores.
Unos 12.000 cortadores del departamento norteño de Matagalpa, que tenían sus residencias en las haciendas donde trabajaban, deambulan con sus familias por la zona buscando trabajo o algo de comer. Desde principios de julio, miles de ellos emprendieron un éxodo hacia la capital del departamento (127 kilómetros al norte de Managua) y se han establecido en asentamientos que no reúnen las mínimas condiciones de higiene.
El Gobierno, sin embargo, se ha negado a declarar el estado de emergencia, tal y como lo han solicitado alcaldes de la zona afectada, la Procuraduría (Fiscalía) para la Defensa de los Derechos Humanos y la red de ONG Coordinadora Civil para la Emergencia y la Reconstrucción. 'No hay hambruna porque, sencillamente, en todo el país no ha habido un centavo de aumento ni en el frijol, ni en el maíz, ni en el arroz. Les gustaría a los sandinistas que hubiera alza en los precios. Es un invento', argumentaba el presidente, Arnoldo Alemán.
A pesar de minimizar la situación, Alemán ha aceptado el envío de ayuda por parte de organismos internacionales, aunque con matices. 'Creo que la ayuda nos la deben mandar en efectivo para que las ONG compren maíz o frijoles en Ciudad Antigua o Nueva Guinea, donde hay', afirmó recientemente. La ayuda en granos básicos 'crearía un enorme dumping [venta por debajo del coste de producción] para los productores locales', según Alemán.
El PMA está agotando sus reservas locales tras donar 3.540 toneladas de maíz y aceite a los cuatro países, y sólo puede satisfacer durante tres meses las necesidades de la mitad de las 695.655 personas más afectadas.
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