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Motín vecinal en Torres de la Alameda contra una incineradora de 'vacas locas'

Los residentes retuvieron nueve camiones durante 18 horas

F. Javier Barroso

Los vecinos de Torres de la Alameda (4.100 habitantes) se hartaron el jueves de soportar los malos olores que emanan de la incineradora de animales del cercano municipio de Valverde de Alcalá. Pertrechados con sillas plegables y mascarillas de quirófano, centenares de vecinos se plantaron la noche del jueves en la carretera M-225, que da acceso a la instalación, perteneciente a la empresa Frival, e impidieron el paso a la planta incineradora de nueve camiones cargados con reses procedentes de corridas de toros. Los vehículos de transporte fueron retenidos durante más de 18 horas, hasta que dos inspectores de la Dirección General de Agricultura llegaron para levantar acta. Algunos camiones llevaban las reses muertas prácticamente al descubierto, por lo que el calor y el estado de descomposición de los animales provocaron un hedor insoportable en el lugar de la protesta.

Según los vecinos, los problemas comenzaron en febrero pasado, cuando la Comunidad habilitó a la industria Frival para que incinerase los materiales específicos de riesgo (MER), procedentes de reses susceptibles de transmitir el mal de las vacas locas, para convertirlos en harina. Antes la empresa se dedicaba a fabricar precocinados y grasas alimenticias.

Desde febrero, los problemas para los municipios limítrofes, en especial para Valverde de Alcalá y Torres de la Alameda, han ido en aumento. Cada día pasan decenas de camiones procedentes de cualquier punto de la región, de Castilla La Mancha o de Extremadura para incinerar reses.

El principal problema que denuncian los vecinos es que la incineradora no tiene capacidad suficiente para quemar todos los animales (unos 50 al día) y restos orgánicos que le llegan, por lo que tienen que almacenarlos en los exteriores de la factoría. Eso provoca un hedor insoportable en la zona y la proliferación de ratas. 'Los animales se amontonan fuera de mala manera y, cuando los coge la excavadora, revientan porque están putrefactos. La peste que sueltan se huele en toda la comarca', aseguró ayer un vecino de Torres de la Alameda.

Denuncias ante el Seprona Los vecinos denunciaron en marzo la situación al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, a la Consejería de Medio Ambiente y a la Delegación del Gobierno. Aseguran que siempre han recibido el silencio por respuesta. Desde la denuncia, se han manifestado todos los sábados para intentar que les hicieran caso y se acabase 'el sufrimiento'.

Varios vecinos quedaron el jueves por la noche con la cadena de televisión Telemadrid para explicarles el problema. Entonces un camión pasó a gran velocidad por la travesía de la carretera M-225 (Mejorada del Campo-Pezuela de las Torres) que conduce a la incineradora. Uno de los vecinos le llamó la atención, pero el camión siguió su camino. Indignados, los vecinos decidieron retener al resto de camiones que pasaran la noche del jueves por la vía. Desde las 21.00, nueve camiones cargados de reses y materiales específicos de riesgo fueron retenidos por los vecinos, que se plantaron en la carretera y exigieron la presencia del Seprona y de responsables del Gobierno regional.

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Los vecinos solicitaron que los transportes de animales cumplan el decreto 19/2000, que exige el uso de camiones herméticos que sean fáciles de limpiar tras deshacerse de los residuos. La mayoría de los camiones retenidos en Torres de la Alameda eran para transporte de áridos y las reses muertas viajaban al aire o apenas tapadas con lonas.

Alrededor de las dos de la tarde, se presentaron dos inspectores de la Dirección General de Agricultura de la Comunidad de Madrid que examinaron la documentación de los camiones y levantaron acta. En ese momento, los vecinos permitieron el paso de los vehículos a la planta incineradora.

El director general de Agricultura del Gobierno regional, José Javier García Cañete, aseguró a Efe que los olores que produce la incineradora terminarán en el plazo de un mes con la instalación de un novedoso sistema. García Cañete acordó el jueves con el alcalde de Valverde de Alcalá que se modifiquen en el pleno en un plazo máximo de 15 días las normas urbanísticas que impedían el cierre del patio de la planta. 'La empresa se ha comprometido que en los 15 días siguientes estará terminado el cerramiento y funcionará el termodestructor [una máquina que capta los vapores y gases producidos en la incineración evitando que los olores salgan a la atmósfera]', afirmó el director general de Agricultura.

La Comunidad de Madrid ha decidido redoblar los controles sobre el transporte de los materiales y reses para comprobar que se realiza en las condiciones que marca la normativa. García Cañete añadió que el Gobierno regional tiene constancia de que se está realizando 'adecuadamente'.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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