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El agua del trasvase Tajo-Segura salva el verano a la costa levantina de Almería

El alcalde de Níjar dice que el próximo año aumentará la escasez

Sin embargo, comarcas como la de Níjar sortean a diario una serie de dificultades y problemas para el suministro de agua entre sus habitantes que han levantado la voz de alarma. El alcalde, Joaquín García, augura problemas de suministro con el aumento de turistas el verano próximo.

El problema del agua en Níjar, algo estructural y nunca coyuntural, ha llevado al primer edil a denegar licencias de obras para edificaciones que no se garanticen cierta autonomía en la canalización y almacenaje de la misma. 'Si no garantizan el agua no les daremos licencia. No voy a meter fuego en mi propia casa', asegura García.

Lo cierto es que hasta que la planta desalinizadora de Carboneras no comience a funcionar -algo no previsto, como mínimo, hasta finales de 2002- el municipio deberá seguir con su política de sondeos en busca de agua. Con casi todos los acuíferos 'fundidos' y un agua no apta para ingerir -el 90% de la población consume agua mineral embotellada- barriadas como Venta del Pobre o Saladar y Leche han visto el agua corriente por vez primera este verano.

De un presupuesto de 600 millones de pesetas en inversiones el Consistorio dedica casi 200 a que el problema del agua 'no se note' en las barriadas. 'Llevamos el agua por canalizaciones de hasta 15 o 20 kilómetros desde pozos subterráneos pero no damos abasto y nos desborda. Los depósitos se han quedado pequeños y las instalaciones son precarias. Por eso queremos 2,5 hectómetros cúbicos de la desalinizadora cuando esté en marcha', explica Joaquín García.

La futura planta, que desalará 42 hectómetros cúbicos de agua al año, también se apunta como 'única' solución para Níjar desde la Diputación almeriense, que ha confirmado el interés de varias empresas en la licitación de proyectos para la autovía del agua que traslade el líquido elemento desde Carboneras hasta el corazón del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar.

Mejor suerte han tenido los municipios costeros levantinos que se nutren de los cuatro hectómetros cúbicos cedidos del trasvase Tajo-Segura para este último trimestre. Con las inversiones realizadas por Medio Ambiente y la empresa de gestión de agua del levante almeriense (Galasa) estas poblaciones han rentabilizado al máximo el aporte del trasvase durante este verano.

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En un tercer estadio alejado del turismo de sol y playa, la provincia almeriense cuenta con una veintena de municipios del interior, en la Sierra de Los Filabres, que viven problemas de abastecimiento público bien por calidad o cantidad. Se trata de pueblos como Albox, Enix, Lubrín, Olula de Castro, Velefique o Uleila del Campo, entre otros, que, como en el caso de Níjar, sortean sus dificultades en la obtención de agua con sondeos periódicos.

Análisis del subsuelo

La firma reciente de un acuerdo entre la Diputación y la entidad financiera Cajamar permitirá una inversión de unos 200 millones de pesetas para analizar el subsuelo de la provincia y ver las posibilidades de explotación de agua. 'Ese estudio nos orientará para saber dónde hacemos las inversiones. Si tenemos recursos naturales para aflorar agua a menos costo hay que aprovecharlos', apunta el diputado de Obras Públicas, Gonzalo Bermejo.

El otro flanco de la provincia, el Poniente, verá aliviada la sobreexplotación de los acuíferos con una nueva desalinizadora prevista en el Plan Hidrológico Nacional y cuya construcción está prevista iniciarse en 2002. Aunque su función primordial será la del riego de invernaderos -desalará para ello 30 hectómetros cúbicos anuales- se calcula un porcentaje mínimo para el abastecimiento turístico de poblaciones como Roquetas de Mar, El Ejido, Aguadulce o Almerimar.

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