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300 pasajeros vuelan ocho horas en un avión encharcado de orín

La agencia de viajes dice que un servicio de la aeronave se siguió usando aunque estaba averiado

El avión, un modelo Tristar 1011 fabricado por Lockheed, con capacidad para 300 pasajeros y con una autonomía de vuelo de 11.000 kilómetros, debía despegar del aeropuerto de Punta Cana a las ocho de la tarde del martes (hora local), según informa Efe. No lo hizo a tiempo. Sufrió una demora de casi media hora porque uno de los cuatro retretes del centro del aparato estaba averiado y la tripulación pidió que se limpiara. No se hizo. Y la tripulación no dijo nada a los viajeros, según afirman éstos. En el momento de embarcar y acomodarse, los turistas asentados en la parte trasera notaron que bajo sus pies había un charco. En algunos puntos, aseguraron, las pisadas llegaban a salpicar.

Además, había un fuere hedor. '¿Y este olor a meado?', le preguntó un viajero a una azafata. No obtuvo respuesta. 'El avión olía a excrementos, a meado... de los pasajeros del vuelo anterior, el que llegó de Madrid. El agua residual del servicio se había derramado por el suelo y la moqueta del avión estaba encharcada. Cuando caminabas salpicaba y hacía chof-chof al pisar. Era asqueroso', recuerda Juana María Corraliza Sánchez, licenciada en psicología y que trabaja como empleada de banca.

Los viajeros comenzaron a amotinarse. 'Venga usted aquí y verá cómo huele a meado', le espetó un pasajero a una azafata. La tensión crecía: 'En estas condiciones no vamos a ningún lado. Por favor, limpien el avión que va a ser un vuelo de ocho horas y vamos a tener que aguantar todo esto', exigían lo viajeros.

Comodidad, no seguridad

El comandante de la aeronave pidió al pasaje que se sentara porque el vuelo tenía que despegar ya que, en caso contrario, repercutiría en el horario de otros vuelos. 'Nos dijo que la avería afectaba a nuestra comodidad, pero no a la seguridad del avión', comentó ayer Corraliza. Muchos rehusaron acomodarse en sus asientos en esas condiciones porque se negaban a realizar así un viaje de ocho horas, y se amotinaron. Solicitaban que les dejaran bajarse para que el avión fuera limpiado antes de despegar, pero fue en vano.

El aparato enfiló la pista de despegue y aceleró. Cuando levantó el morro del suelo y comenzó a ascender en diagonal, 'el agua con orín salía del baño a chorros, como si fueran cataratas, y bajó hasta la parte final del avión', explicó otro viajero. 'Tuvimos que levantar los pies y ponerlos contra la pared de la aeronave, debajo de la pantalla de televisión, para que no se nos empaparan. Pero no podíamos aguantar las ocho horas del vuelo en esa postura y teníamos que bajar los pies para descansar un poco. No creo que me vuelva a poner nunca más esas zapatillas. ¡Eso si no las tiro a la basura!', comentó Corraliza. 'Para tratar de quitar agua, cogimos las mantas que nos dieron en el avión y las extendimos en el suelo para que hicieran de esponja y absorbieran las aguas residuales', añadió esta viajera. Algunos compañeros se taparon con pañuelos la boca y la nariz para reducir el 'nauseabundo olor', según Corraliza.

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Además de soportar el hedor del charco de aguas residuales y tener los pies empapados de orín -más de uno calzaba unas livianas sandalias- algunos pasajeros sufrieron picaduras en las piernas, según denuncian. 'Estaba comiendo con la bandeja delante y sentía unos picores molestos en los tobillos. Y estas picaduras no las tenía cuando me monté en el avión', aseguró, tras llegar a Madrid, uno de los afectados mientras se levantaba el pantalón y mostraba unos puntos rojos en una pantorrilla.

No acaba aquí la desventura del regreso a España de estos 300 pasajeros. El aire acondicionado funcionaba mal, lo que aumentó el mal olor en el avión. 'El aire acondicionado se condensaba y tenía pérdidas de agua, lo que provocaba cortes de luz también dentro del avión', aseguró Corraliza. La pesadilla acabó hacia las 09.20 de ayer, miércoles, cuando los viajeros abandonaron el avión tras tomar tierra en Madrid-Barajas. Alrededor de un centenar de personas presentó en las oficinas de la compañía Spanair un escrito de queja por lo ocurrido.

El billete de ida y vuelta Madrid-Punta Cana formaba parte de una oferta de viaje de las turoperadoras Pullmantur y Club de Vacaciones que incluía la estancia de 15 días en un hotel de cinco estrellas en la República Dominicana. La mayoría de los pasajeros eran parejas jóvenes de diversas ciudades de España. Entre ellos había un grupo proveniente de Barcelona, que tenía que coger el puente aéreo en Madrid para después llegar a la capital catalana.

El avión pertenece a la empresa Euro Atlantic Airways, con domicilio social en Sintra (Portugal). Fue alquilado por las dos touroperadoras como un vuelo charter para efectuar, todos los martes de julio y agosto, el viaje a Punta Cana. Un portavoz de Pullmantur admitió ayer que un servicio del avión se había averiado, pese a lo cual siguió siendo utilizado por los pasajeros que habían ido desde España a Punta Cana en un vuelo anterior. 'Pullmantur ha solicitado a la compañía aérea portuguesa un informe de lo ocurrido y se le exigiran responsabilidades', añadió. 'El agua sobresalía' del retrete, añade el portavoz, pero 'esto es algo que puede ocurrir, ya que los aviones no son más que máquinas y se pueden averiar'.

Este incidente se produce sólo dos días después de que otro avión, de la compañía Air Plus Comet, tuviera que suspender el vuelo desde Madrid a República Dominicana al percatarse sus 253 viajeros de que el aparato perdía combustible 'a chorros'.

Pasajeros del vuelo de Euro Atlantic Airways se tapan la cara para evitar el hedor a orines durante el viaje.
Pasajeros del vuelo de Euro Atlantic Airways se tapan la cara para evitar el hedor a orines durante el viaje.IMAGEN DE TELEMADRID

Spanair culpa a la portuguesa Euro Atlantic

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