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Barcelona proyecta estar totalmente adaptada a los minusválidos en 2004

El Ayuntamiento invertirá 4.000 millones

Una persona que tenga movilidad reducida y que viva en Barcelona tiene derecho a una plaza de aparcamiento reservada junto a su casa y junto a su lugar de trabajo. Pero tiene otros derechos con frecuencia ignorados: no tiene que pagar por el uso de la zona azul en cualquier parte de la ciudad y puede también estacionar su coche en todas las zonas reservadas para carga y descarga. Si es el propio minusválido quien utiliza el vehículo, la plaza del domicilio se señala con la matrícula del coche, pero cabe la posibilidad de que la movilidad reducida le impida conducir. En estos casos, el plan de accesibilidad prevé la reserva de una plaza sin distintivo porque no siempre será transportado por la misma persona de la familia.

Zona de playas

Paralelamente, en la zona de playas, el Ayuntamiento ha empezado a reservar un conjunto de plazas de aparcamiento (en las que la grúa actúa contra los infractores con absoluto rigor y con la máxima celeridad posible), al mismo tiempo que se tomaban diversas medidas para permitir que estas personas puedan llegar prácticamente hasta el mar: desde sillas especialmente adaptadas, cuyos brazos son una especie de flotadores, hasta duchas especiales con una silla fija que permite a las personas con movilidad reducida ducharse tras el baño, pasando por las pasarelas de madera que les permite moverse por encima de la zona de arena.

Todas estas medidas las adopta el Ayuntamiento partiendo de las indicaciones que les dan los propios afectados. Con el mismo método se han instalado semáforos sonoros especiales para ciegos en todos los puntos de la ciudad en los que la ONCE ha señalado que sus asociados pasan una o más veces de forma regular. También se instalará este tipo de semáforos en los puntos más concurridos de la ciudad, como el paseo de Gràcia y otros espacios centrales a los que puede acudir cualquier invidente de paso por la ciudad.

Pero estas medidas serían insuficientes si no se dotara a los minusválidos de la capacidad de moverse, también, en transporte público, explica el concejal Francesc Narváez.De ahí que se haya decidido que toda la flota de autobuses esté adaptada para estas personas en un plazo máximo de dos años. En estos momentos, la mitad de los vehículos de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) tiene plataforma abatible, y la compañía los programa de forma que sirvan a la mayor parte de las rutas existentes.

Es cierto que quedarán algunas zonas de la ciudad a las que las personas con movilidad reducida tendrán dificultades de acceso. Serán las calles en las que la pendiente es especialmente pronunciada: buena parte de Montjuïc y también algunas vías de Horta y de Vall d'Hebron, donde modificar las aceras tendría escaso sentido porque los movimientos de subida serían especialmente dificultosos.

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En el resto de la ciudad, el área de Movilidad cuenta con que las demás calles estén todas adaptadas a las sillas de ruedas para los movimientos ordinarios y para los extraordinarios. En los cascos antiguos, porque buena parte de las vías serán peatonales y, en muchos casos, a un mismo nivel; en las zonas nuevas, porque se están adaptando.

Pasadizo Gaudí

Así, en estos momentos se trabaja en la adaptación de 15 manzanas en torno a la Sagrada Familia y está previsto que en pocos meses haya un corredor para personas con movilidad reducida en todo el trayecto que va desde el templo de Gaudí en construcción hasta La Pedrera, en el paseo de Gràcia.

Al mismo tiempo, el Ayuntamiento trabaja en la adaptación de todos los colegios y edificios municipales abiertos al público o que son utilizados como colegio electoral, trabajo que se prevé que esté totalmente finalizado para las próximas elecciones.

El Ayuntamiento de Barcelona, insiste el concejal Francesc Narváez, trabaja en la adaptación de la ciudad ya construida pero, a la vez, no concede ni una sola nueva licencia sin que se tengan en cuenta las normas de accesibilidad para personas disminuidas. Todas las nuevas calles (salvo algunas del 22@, donde parece absurdo hacer obras dos veces) estarán listas en un par de años. 'Al principio teníamos serias dificultades para convencer a algunos arquitectos', explica el concejal, 'pero los Juegos Paralímpicos nos dieron un impulso decisivo'. En estos momentos ya casi no hay dificultades, entre otros motivos porque los arquitectos y los constructores saben que si no eliminan los obstáculos para las personas minusválidas, no se les aprueban sus proyectos.

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