Un insecticida adulterado arruina 100 hectáreas de arroz en el Delta
Unas 100 hectáreas de arrozales fueron literalmente arrasadas hace más de un mes en la comarca del Baix Ebre por la premeditada adulteración del insecticidad utilizado para la fumigación aérea de los mosquitos en el delta del Ebro. La empresa contratada para la fumigación, Avialsa, denunció el pasado 9 de julio ante la Guardia Civil que alguien había vertido herbicida en los depósitos donde recargan las avionetas.
Tras llevar a cabo tres vuelos de fumigación sobre arrozales de Deltebre, los técnicos de la empresa observaron que el líquido vertido producía una espuma anormal y desconocida en los campos inundados. Las sospechas se confirmaron tras el vaciado de las piscinas de recarga al constatar que el producto quemaba los vegetales en cuanto entraba en contacto con la planta.
Avialsa presentó denuncia ante la Guardia Civil, y el Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) abrió una investigación para la cual tomó muestras de la sustancia, que están siendo analizadas. Por el momento, se desconocen los resultados de las pesquisas y cuál es el origen de la sustancia que se mezcló con el insecticida.
Según indicó el responsable del sector del arroz del sindicato estatal COAG, Joan Cercós, los efectos de este herbicida son muy similares a los generados por productos como el Mcpa, de base hormonal, o los glifosatos. Por su parte, el presidente del consorcio que contrató la empresa fumigadora, Daniel Rius, calificó los hechos de 'acto criminal' y obra de 'algún delincuente'.
30 millones de pérdidas
Cercós señaló que la empresa sospecha de algunos de sus competidores. 'Tenemos mucha experiencia en el trabajo y nunca habíamos visto algo así', se limitó a explicar Paco Villar, responsable de la empresa valenciana Avialsa. La quema masiva de arrozales ha afectado a 16 propietarios que ya han mostrado su malestar por la pérdida total del arroz, que representa un coste económico superior a 30 millones de pesetas. 'En algunos sitios las plantas han decrecido en unos 40 centímetros, las espigas están deformadas y no florecen', explica Cercós. Los agricultores temen ahora que los análisis revelen que se trata de un herbicida residual, que pueda trascender al consumo humano.
Por su parte, el presidente de Asaja, Albert Castelló, reclamó la retirada total para el consumo humano y animal del arroz afectado y la compensación del total de superficie afectada. Añadió también: 'No es la primera vez que cuando fumigan aviones se quema el arroz'.
Precisamente, el presidente del CODE se comprometió ayer por la mañana con representantes del sindicato Unió de Pagesos a asumir las indemnizaciones a los agricultores mediante las compensaciones de las empresas aseguradoras y, si fuera necesario, retirando el arroz afectado y asumiendo su coste.
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