Vandalismo ruidoso
Las declaraciones del concejal de Centro, Carlos Martínez Serrano, en las que reconoce su incapacídad para solucionar los problemas de vandalismo y de ruido demencial durante las noches del fin de semana en las plazas de San Ildefonso y del Dos de Mayo, en Malasaña, me parecen una muestra más de incompetencia del gobierno municipal que padecemos los vecinos de esta Villa.
Si este concejal no es capaz de hacer cumplir la normativa que prohíbe orinar en la calle, gritar y tocar tambores en las plazas públicas durante las horas de sueño, ensuciar con pintadas edificios históricos y, en resumen, velar por las mínimas reglas de convivencia, que abandone su puesto.
Alega que el problema es complejo. ¿Acaso permitiría que en la plaza de la Villa, frente al Consistorio, se pusiera la gente a vomitar y orinar sin recato? ¿Toleraría este señor que todos los fines de semana, frente a su propia casa, los gamberros de turno armaran escándalo durante la noche y rociaran con pintura su edificio cada fin de semana? Seguro que para esto sí hallaría solución el señor Martínez. Basta ya de tomarnos el pelo. El sueldo de concejal conlleva alguna obligacíón, supongo, y la primera es garantizar que los derechos de los vecinos no sean continuamente pisoteados. Todo esto debería denunciarlo hasta la extenuación la oposición municipal, pero ya ni eso sucede. Más abandono.
