La reforma educativa del PP se completará con otras dos leyes

El equipo ministerial de Educación estaba convencido al comienzo de esta legislatura de que la ley que menos problemas le iba a acarrear sería la de universidades. En un principio, fue el secretario de Estado de Educación y Universidades, Julio Iglesias de Ussel, el que se volcó más en la elaboración de la ley. Sin embargo, finalmente la ministra se ha implicado personalmente en este proyecto, algo que repetirá con la futura Ley de Calidad. Ésta, junto a la Ley de FP, serán las próximas batallas del Gobierno en materia educativa. Éstos son sus principales aspectos:

- Ley de Calidad. Introducirá presumiblemente un examen de reválida al final del bachillerato, que se deberá superar para poder acceder a la universidad. También dividirá a los alumnos de la ESO 14 a 16 años según su rendimiento, una medida que ha sido duramente critica por los padres, los sindicatos y la oposición. Cambiará el sistema de elección de los directores de los centros. Serán probablemente escogidos por las administraciones autonómicas y no por los consejos escolares de los centros, como ahora. El primer borrador se hará público a principios de noviembre.

- Ley de FP. Tras meses de diferencias entre Educación y Trabajo, el texto está en el Consejo de Estado y será presentado al Consejo de Ministros en septiembre. Establece la creación de una red estatal de centros de referencia, la creación de centros integrados en los que se impartirán las tres FP (reglada, ocupacional y continua) y la elección de los directores de esos centros por las administraciones autonómicas. Estos tres puntos han sido criticados por algunas comunidades, el PSOE e IU.