Llegan a Barajas seis de los jóvenes españoles detenidos en Génova
Seis de los 13 jóvenes expulsados por la justicia italiana tras pasar cuatro días en cárceles de Génova y Pavía (Italia) llegaron anoche a Madrid. Los jóvenes, de Zaragoza y pertenecientes al Movimiento de Resistencia Global (MRG) fueron detenidos el pasado fin de semana durante el asalto policial a la sede del Foro Social de Génova tras las manifestaciones contra la globalización y la cumbre del G-8. Todos ellos tienen prohibido volver a territorio italiano por un periodo de cinco años.
Rosana Allueba, de 20 años, fue la primera en llegar desde la cárcel de mujeres en la que pasó tres días con otras jóvenes de diferentes países. 'Entraron donde estábamos durmiendo y empezaron a pegarnos sin parar y nosotros no nos defendimos. Nos trataron como en una dictadura de hace 40 años', contó mientras mostraba sus múltiples magulladuras en piernas y brazos. Sólo Rosana tuvo que pasar por la comisaría del aeropuerto antes de poder encontrarse con sus familiares. Los otros cinco jóvenes, que llegaron en un vuelo distinto, presentaban lesiones más graves, en su mayoría fracturas. D. M., de 29 años, y P. S. B, de 25, relataron las condiciones a las que fueron sometidos en la cárcel de Pavía. 'Nos dieron de comer un bocadillo en un día y medio. Sólo hemos podido llamar a la familia una vez'.
'Alzamos las manos y dijimos en italiano que no éramos violentos, pero siguieron golpeándonos', aseguró Félix Marcuello, profesor de inglés de 35 años.
Del total de 17 manifestantes españoles detenidos, cuatro ya habían sido liberados, también sin cargos, y en su caso sólo tienen prohibida judicialmente su entrada en la ciudad de Génova. Otro recibió una autorización para permanecer otras 24 horas en Italia, para que vuelva a España por sus propios medios.
De los seis restantes, Dolores Herrera, de 63 años, que se encuentra ingresada en un hospital de Génova, dejará hoy Italia, junto a otros tres que salieron hoy de la cárcel. Además, en la ciudad italiana quedan dos españoles hospitalizados, que, si sus condiciones de salud lo permiten, tratarán de volver durante la jornada de hoy hacia España.
Por otra parte, ayer tuvo lugar en Génova el funeral del joven italiano Carlo Giuliani, muerto el viernes de un tiro en la cabeza disparado por un carabinero de 22 años durante una manifestación antiglobalización que acabó con violentos enfrentamientos. Un rito laico, en el cementerio de Staglieno, al que asistieron unas 1.500 personas sin banderas ni consignas, despidió al fallecido. Sobre el ataúd, una bandera del equipo de fútbol Roma, del que Giuliani era entusiasta, y otra multicolor con la palabra 'Esperanza'.
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