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Reportaje:

El final de la infancia del Teatro Real

Tras cumplir 150 años, los expertos consideran que debe empezar a ser un referente mundial

Jesús Ruiz Mantilla

El Teatro Real nació con vocación de convertirse en una referencia mundial y europea de la lírica, pero eso es algo que con 6.647 millones de pesetas de presupuesto es difícil de conseguir frente a los 20.000 de muchos centros del continente. Han sido los primeros pasos, y ahora todos esperan verle crecer con nuevos tutores a su cargo.

El primero que lo dice es Luis Alberto de Cuenca, secretario de Estado de Cultura y miembro de la Comisión Ejecutiva y del Patronato del teatro: 'Es una criatura menor en edad de desarrollo y formación', afirma. Emilio Sagi ya es el nuevo director artístico del Real, cargo que ejercerá a partir del año 2002 en sustitución del actual, el maestro Luis Antonio García Navarro. Sagi se ocupará de seleccionar las producciones, contratar montajes, directores de escena y será responsable de algunos títulos. Este hombre que ha dirigido el Teatro de la Zarzuela 10 años, aseguró públicamente, tras su nombramiento, que llegaba para 'abrir puertas y ventanas', que odiaba 'las consignas oficiales' y que un teatro moderno debía ser 'una casa de libertad'.

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De Cuenca comenta esas declaraciones: 'El de ahora es un buen momento, una nueva etapa en la que debemos abrir nuevos caminos'. También cree lo mismo José Antonio Campos, viceconsejero de Cultura de la Comunidad Autónoma de Madrid, la otra institución pública con máxima presencia en el lugar. 'Un teatro público debe ser un banco de pruebas para la creación contemporánea. Además se tiene que abrir más, comparto los criterios de Sagi. Los teatros son unos proyectos culturales, no salones'.

Las dos visiones están muy alejadas de la sensación de coto privado que muchos tienen del lugar, quizá basadas en argumentos como los que alguna vez ha propiciado el gerente Juan Cambreleng, que ha llegado a decir que para ser alguien en Madrid, había que tener abono en el Real. La frase la recuerda el socialista Joaquín Leguina, portavoz adjunto en la Comisión de Educación, Cultura y Deporte del Congreso. 'Una persona que dice algo así no entenderá nunca que un teatro debe apoyar una gestión que mezcle imaginación y desarrollo. Si hablamos de la calidad de los montajes, hay excepciones excelentes, pero la mayoría se quedan cortos. Hay que sacarle más partido y no ver la ópera como un acontecimiento social del siglo XIX, sino como un espectáculo del XXI'. Desde el año 1997 se han realizado 10 producciones propias y ocho coproducciones, de las que sólo cuatro han podido ser vendidas a otros teatros, un balance algo pobre, que en los años próximos se subsanará haciendo más montajes conjuntos, para que se amortice en dos escenarios, como mínimo.

Más accesible Quizá la nueva etapa se proponga como otra de sus metas principales acercarse más a la sociedad y convertirse en un centro más accesible. La gente lo demanda a tenor del éxito de la jornada de puertas abiertas del pasado domingo, en la que 6.000 personas visitaron el teatro. También se han aumentado, desde la apertura, el número de representaciones, la venta de abonos y las entradas sueltas, que en la próxima temporada serán un 37% más. Si en 1997 hubo 8.788 abonos, en el 2001 se han otorgado 20.668. Y si en el año de la reapertura se realizaron 91 funciones, ahora ha habido 107. Son pocas, si se tiene en cuenta que en los grandes centros operísticos del mundo se llegan a hacer alrededor de 300, algo que podría ser factible dadas las condiciones técnicas ultramodernas del lugar, uno de los más avanzados del mundo y uno de los más grandes de Europa, con 70.000 metros cuadrados de superficie y 250 empleados.

Las cifras de nuevas ventas también cantan favorablemente en los balances, pese a que este año ha existido un déficit de 440 millones. Si el teatro comenzó a andar con los biberones del presupuesto público, ahora se empieza a dar la vuelta a la tarta. En 1997, el 78,17% del dinero eran subvenciones públicas que conformaron una cifra de 3.440 millones en total de presupuesto. En 2001, el 52,7% del total procede de ingresos del teatro, de los que 1.660 vienen de la taquilla y 1.340 de los patrocinadores privados. Estos últimos empezaron siendo 45 firmas y ahora ascienden a 66.

En lo que se refiere al nervio artístico principal, pero objeto de una labor callada, como es la consolidación de una orquesta y coros propios, el balance no es malo. La Orquesta Sinfónica de Madrid, con García Navarro al frente, se ha confirmado como la titular del teatro, algo que José Antonio Campos destaca. 'Ya tiene dos instrumentos principales para que a partir de ahora, podamos hablar en serio'. 'El punto de inflexión fue este año en Parsifal, de Wagner, donde se demostró que esta orquesta era mucho mejor de lo que muchos pensaban', cuenta Campos, que ha sido director del Teatro de la Zarzuela. 'El coro es joven, tiene que hacerse un repertorio, pero ha demostrado mucho talento'.

El Teatro Real en una imagen desde la plaza de Oriente.
El Teatro Real en una imagen desde la plaza de Oriente.GORKA LEJARCEGI

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Sobre la firma

Jesús Ruiz Mantilla
Entró en EL PAÍS en 1992. Ha pasado por la Edición Internacional, El Espectador, Cultura y El País Semanal. Publica periódicamente entrevistas, reportajes, perfiles y análisis en las dos últimas secciones y en otras como Babelia, Televisión, Gente y Madrid. En su carrera literaria ha publicado ocho novelas, aparte de ensayos, teatro y poesía.

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