Un comando israelí secuestra a un dirigente de la Intifada
Soldados disfrazados de árabes protagonizan un nuevo episodio de guerra sucia
La guerra sucia de Israel contra los dirigentes de la Intifada no se toma ni un solo minuto de respiro: en plena fiesta religiosa judía del Sabath, un comando del Ejército secuestró en las cercanías de Ramala a un dirigente del Frente Popular para la Liberación de Palestina, Ahmed Taha. En las últimas semanas las unidades clandestinas del Ejército han secuestrado una decena de activistas palestinos. El secuestro de Ahmed Tahad se produjo a última hora de la noche del viernes, cuando éste se dirigía con su vehículo a su domicilio. Una furgoneta le adelantó, se cruzó en la carretera y de ella descendió un grupo de soldados disfrazados de palestinos que, tras esposarle, se lo llevaron detenido.
Aunque el portavoz del Ejército se ha negado a confirmar o desmentir la información, divulgada por su familia, las organizaciones humanitarias y las agencias de prensa, todo parece indicar que se trata de una nueva operación de los servicios de seguridad israelí dentro de la campaña 'interceptar terroristas', desencadenada oficialmente por el Gobierno la pasada semana como alternativa 'humanizada' a los 'asesinatos selectivos'. Los métodos legalmente irregulares que el Ejército de Israel utiliza en su lucha contra la Intifada alientan las actuaciones criminales de los movimientos radicales judíos, que han desencadenado una guerra por su cuenta contra objetivos palestinos.
Represalias de los colonos
El penúltimo episodio de guerra sucia de los colonos se registró ayer en la localidad de Rosh Haayin, al este de Tel Aviv, donde unos 'desconocidos' tirotearon el domicilio de un diputado laborista, Eytan Kabel, que días atrás había presentado un recurso ante el Supremo por la puesta en libertad de una mujer implicada en el asesinato de Isaac Rabin.
El diputado Eytan Kabel presentó el pasado jueves un recurso ante el Tribunal Supremo de Jerusalén pidiendo que se dejara sin efecto el indulto dictado por el presidente de Israel, Moshe Katsav, en favor de Margalit Har Shefi, una colona del asentamiento de Beit El que había sido condenada a nueve meses de prisión por no haber comunicado en su día a la policía las intenciones de su amigo Ygal Amir, que le había confesado su proyecto de asesinar al primer ministro Isaac Rabin.
La decisión del presidente Moshe Katsav, del partido nacionalista Likud, que no ha escondido nunca su odio hacia la izquierda israelí y los palestinos, ha provocado la indignación del Partido Laborista, que en los últimos meses ha ido certificando en diversos casos sobre cómo la derecha protege a los movimientos radicales judíos.
La actitud de los colonos radicales judíos, que no hay que confundir con los ultraortodoxos religiosos, ha provocado las criticas airadas de amplios sectores de la sociedad israelí, sobre todo después del asesinato, el pasado jueves, a tiros a tres palestinos, entre ellos un bebá de tres meses. Las actividades de estos grupos de colonos han llegado a provocar el reproche de algunos rabinos, para quienes el Ejército es el único responsable de la seguridad y nadie debe tomarse la justicia pos su mano.
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