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Felip Puig tiene que recurrir a los 'mossos' para visitar el delta del Ebro

Los manifestantes reventaron la visita de Puig

El consejero de Medio Ambiente, Felip Puig, recordará su visita de ayer al delta del Ebro durante mucho tiempo. Por tierra, río y mar, la Plataforma en Defensa del Ebro aplicó un severo marcaje a todos sus movimientos con enérgicas y sonoras protestas al apoyo convergente al Plan Hidrológico Nacional (PHN). Puig abandonó por segunda vez las comarcas del Ebro a toda velocidad y con la protección de los Mossos d'Esquadra tras interrumpir una visita considerada como un 'insulto' por el movimiento antitrasvase. Puig pretende visitar hoy Santa Bàrbara.

Puig, que ya esquivó hace dos semanas un acto en el que miembros de la entidad antitrasvase le esperaban en Flix (Ribera d'Ebre) para mostrar su rechazo a la actitud del Gobierno catalán, era el primer consejero que pisaba las comarcas del sur de Cataluña tras la aprobación del PHN. Y lo hacía en el mismo corazón del delta del Ebro, algo que la Plataforma consideró una provocación. El consejero visitaba ayer Amposta y Deltebre.

Los intentos de Felip Puig para evitar coincidir con los manifestantes fueron vanos. A pesar de que acudió casi una hora antes de lo previsto al acto oficial en el Consejo Comarcal del Montsià en Amposta, cuando llegó le esperaban allí medio centenar de militantes antitrasvase con pancartas y gritos de 'traidor'. Así estuvo la cosa hasta el final de los actos protocolarios. A partir de ese momento empezó un auténtico correcalles por el delta.

Cuando la comitiva formada por dos autocares que trasladaban al consejero y representantes institucionales de la zona (en su mayoría convergentes) estaba a punto de llegar a Deltebre, un centenar de personas cortaron la carretera sentándose en la calzada durante casi media hora. 'No os queremos' y 'Puig revienta, el agua no está en venta', gritaban los antitrasvase. Un cordón de mossos impedía el paso de la muchedumbre hasta los autocares.La comitiva trató de deshacer el camino pero, antes que los vehículos pudieran dar media vuelta, un grupo de manifestantes se sentó en la carretera, detrás de los coches, con la pretensión de impedir que huyeran marcha atrás y exigiendo que Puig bajara a hablar con ellos. Para evitarlo estaban los mossos, que se emplearon a fondo y arrastraron a los manifestantes fuera de la trayectoria del vehículo; esta actuación comportó que dos mujeres cayeran a una acequia. Hubo también lluvia de globos de agua y plantas de arroz arrancadas de los campos lanzadas contra el autocar del consejero.

Tras el incidente, y ante la imposibilidad de visitar Deltebre, la comitiva se desplazó hasta Sant Jaume d'Enveja para embarcar en una golondrina y almorzar en medio de la desembocadura del Ebro. En esta población la llegada de los autocares no pasó inadvertida a los vecinos y se reprodujeron los altercados con los mossos. Puig y sus acompañantes tuvieron que embarcar en otro punto, pero otra vez, un grupo de manifestantes siguió la embarcación del consejero en lancha, mostrando banderas y lanzando gritos contra el trasvase y contra Puig. Hacia las tres de la tarde, la golondrina dio media vuelta para atracar en Deltebre, donde esperaban decenas de militantes antitrasvase, y Puig salió a toda velocidad con su coche oficial en medio del sonido de las sirenas policiales.

'El consejero y todos los políticos que le dan su apoyo no son bienvenidos a las tierras del Ebro después de la aprobación del PHN', dijo el portavoz de la Plataforma en Defensa de l'Ebre, Àngel Aznar, quien añadió: 'La lucha empieza ahora', en referencia al proceso abierto por la entidad en la Unión Europea, con la presentación, precisamente ayer, de la primera queja contra el PHN ante la comisión. La Plataforma criticó también la política de aceptar compensaciones a cambio del trasvase, 'vengan de donde vengan'. Precisamente, la Plataforma lanzó ayer una campaña pública de carteles con las fotos del diputado del PP en el congreso, Joan Bertomeu, y los senadores convergentes Joan Maria Roig y Vicent Beguer, a quienes acusa de aprobar con su voto (en el caso de Beguer, abstención) el trasvase del Ebro en las Cortes.

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A los problemas que CiU tiene en las tierras del Ebre se suma la erosión política provocada por otros conflictos, como el de la Enseñanza. La creciente conflictividad ha llevado a miembros de la ejecutiva de CDC a sugerir que el secretario general de Convergència y conseller en cap, Artur Mas, nombre un portavoz del Gobierno catalán, de forma que delegue funciones y centre su agenda en proyectar su candidatura a la Generalitat 'sin quemarse en el día a día', es decir, sin tener que salir a bregar con conflictos que erosionan su imagen.

Entre los posibles candidatos al cargo está Puig, pese a que su actuación al frente de Medio Ambiente ha sido considerada casi incendiaria políticamente. Otros candidatos son Pere Esteve, Carles Campuzano y Jaume Ciurana, concejal en el Ayuntamiento de Barcelona. La propuesta busca recomponer las fuerzas en el interior del partido y evitar algunas intervenciones públicas de Mas en las que el conseller en cap ha cometido errores por no dominar el asunto. La polémica sobre las subvenciones a las escuelas de élite en la que Mas se ha visto envuelto ha activado la sugerencia de estos sectores.

El nombramiento de un portavoz podría encajarse sin dificultad en el organigrama de la Generalitat. El propio Mas ejerció este cargo al principio de la legislatura, cuando aún era consejero de Economía. El problema, sin embargo, es la resistencia del propio Mas a perder protagonismo. Algunos integrantes de la ejecutiva de CDC todavía ven factible que Mas siga ejerciendo todos los papeles - secretario general, portavoz y conseller en cap-, pero coinciden en que 'tiene una agenda muy cargada que le está dando problemas'. Fuentes próximas a Mas creen que rechazará un portavoz del Gobierno, pero podría aceptar la figura de un portavoz del partido.

Un grupo de manifestantes rodeando el autobús donde viajaba Felip Puig, ayer, en el delta del Ebro.
Un grupo de manifestantes rodeando el autobús donde viajaba Felip Puig, ayer, en el delta del Ebro.JOSEP LLUÍS SELLART

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