Ibarretxe adjudica al Parlamento vasco el protagonismo del diálogo por la paz

El candidato será investido hoy con los 33 votos del PNV y EA que no le bastaron ayer para alcanzar la mayoría absoluta. Otros 35 parlamentarios votaron en blanco, los del PP, PSE e IU-EB, (el reglamento impide hacerlo en contra) y los siete de EH se ausentaron del hemiciclo. Ibarretxe instituyó el Parlamento vasco como el foro apropiado para un metódico plan de pacificación y normalización política en Euskadi. Un proyecto que se apoya en el diálogo de todas las fuerzas parlamentarias y que está destinado a promover el desarrollo completo y las opciones de cambio que se contienen en el actual Estatuto de Gernika.

Ibarretxe expuso su proyecto de paz después de haber realizado una declaración pormenorizada, con propuestas concretas, de en qué va a consistir su compromiso contra la violencia de ETA, que incluye la intensificación de la actuación de la Ertzaintza, la defensa del derecho a la vida y el apoyo a las víctimas. Mostró así su decisión de corregir en esta legislatura las deficiencias que fueron el centro de las críticas de la oposición, en relación con su falta de sensibilidad hacia las víctimas y los amenazados por el terrorismo.

Así, su nuevo Gobierno promoverá la creación de una comisión permanente destinada a impulsar iniciativas de apoyo. En relación con los colectivos amenazados, cada vez más numerosos, Ibarretxe creará un Observatorio, integrado por instituciones sociales, que vele por su defensa. Pero la principal rectificación que incluyó en su discurso de investidura fue el anuncio de una política de persecución de ETA que contará con el consenso de los partidos e involucrará a la Ertzaintza. "Quiero reiterar la inequívoca voluntad del Gobierno de perseguir con toda firmeza todo tipo de violencia y detener a quienes atentan contra la libertad y la seguridad de las personas", declaró antes de desgranar una serie de medidas para optimizar los recursos policiales contra ETA y la violencia callejera, entre ellas una mayor coordinación con las Fuerzas de Seguridad del Estado.

Ibarretxe eludió mencionar el derecho de autodeterminación, que está incluido en el acuerdo de gobierno suscrito entre el PNV y EA, pero planteó la urgencia de poner en marcha en otoño un diálogo "institucional" y "político" -entre los partidos, en el Parlamento; y entre los dos Gobiernos central y vasco, mediante una comisión- sobre las posibilidades de un cambio en el Estatuto que incluya de forma abierta y democrática que "la sociedad vasca puede ser consultada para decidir su propio futuro". "¿Qué hay de malo en ello?", dijo en su única alusión a una consulta popular.

El candidato diferenció entre violencia y conflicto político y defendió la necesidad de que no haya "tiempos muertos" para iniciar un diálogo sobre la normalización política con independencia de la pacificación. Ibarretxe sorprendió por el ritmo frenético que pretende imprimir a este diálogo parlamentario, cuya finalidad sería evidenciar, mediante la promoción de iniciativas de defensa del desarrollo total del Estatuto en los nueve meses de curso parlamentario, cuál es la verdadera voluntad de los vascos.