Redondo se alegra de que Ibarretxe vuelva al Estatuto y le tiende la mano para ganar a ETA
El líder del PSE indica que la prioridad es superar la 'falta de libertad' que hay en Euskadi
Nicolás Redondo se vistió ayer en el mismo sastre que su jefe de partido, José Luis Rodríguez Zapatero. E imbuido de la cultura del pacto que caracteriza la forma de hacer política del secretario general del PSOE, pero sin hacer de menos al discurso en favor de la defensa de la libertad y de los derechos civiles de los vascos amenazados, dijo sí a varios de los consensos y acuerdos enumerados por el candidato de la coalición PNV-EA. Y además propuso otra batería de acuerdos.
Alejado de la lucha sin cuartel que caracterizó la actitud de los socialistas vascos en la legislatura anterior, Redondo presentó ayer un rostro mucho más amable, aunque sin hacer dejación de los principios repetidos hasta la saciedad durante la campaña electoral: no a la autodeterminación, no a pagar un precio político por la paz, sí a la defensa de la libertad y de la democracia y sí al desarrollo completo del Estatuto de Gernika, explorando 'todas sus potencialidades' desde la 'lealtad constitucional'. Ibarretxe, en la réplica, le dijo que si el PSE traducía 'lealtad' por 'trágala' no se iban a encontrar en el acuerdo.
El dirigente socialista tendió la mano para, desde la unidad democrática, vencer a ETA y desplazar de los gobierno municipales a los alcaldes de Batasuna, la sustituta de Euskal Herritarrok (EH). Unas'zonas de acuerdo y consenso' que el líder socialista quiso ampliar también a la Ertzaintza para 'despolitizarla', 'optimizarla' y ponerla a trabajar al 100% contra la violencia callejera.
La batería de acuerdos enunciados ayer por el líder del PSE-EE se completó con la defensa del 'pleno desarrollo de nuestra autonomía con la asunción definitiva de las transferencias pendientes', una treintena larga de competencias que aún no han sido transferidas desde la Administración central. En esa previsible batalla con el Gobierno del PP, Redondo le anunció a Ibarretxe que 'contará con nuestra leal colaboración' para culminar con éxito la negociación y la inminente renegociación del Concierto Económico y de la Ley del Cupo. En ese desarrollo del Estatuto, los socialistas apostaron porque el Senado se transforme realmente en una 'verdadera' Cámara de representación territorial y por 'encontrar fórmulas que permitan la participación y defensa de nuestros intereses en la Unión Europea', algo especialmente importante para la coalición nacionalista: la presencia de Euskadi en el mundo.
También coincidieron los socialistas con Ibarretxe a la hora de querer hacer del Parlamento en esta legislatura la 'institución representativa y central de la política vasca'. Aunque en ese momento le surgió a Redondo una duda: '¿Cuenta usted con EH para el diálogo que propone?', le preguntó el dirigente socialista en alusión al hecho de que, descartada cualquier mesa de paz al estilo de Ajuria Enea, el foro parlamentario incluye a todas las fuerzas con representación parlamentaria. Redondo le recordó que los parlamentarios de Batasuna fueron los únicos que no apoyaron la declaración de condena del último atentado ni se sumaron a la concentración.
'Patriotas democráticos'
Y en ese momento de su intervención, al caracterizar a ETA como 'el enemigo del país', el líder del PSE se convirtió por unos segundos en nacionalista, en patriota. Y animó a todos los grupos de la Cámara a ser 'patriotas, patriotas democráticos, para construir una mesa de demócratas, la única que hay que construir'.
Es cierto que los socialistas vascos se preguntaron si los dos debates monográficos propuestos por Ibarretxe no eran sino una forma de 'investidura a plazo' y también mostraron sus dudas de si realmente Ibarretxe gobernará finalmente para las 604.000 personas que le votaron o para toda la sociedad.
Pero para probar esa voluntad, Redondo le mostró a Ibarretxe algunos de los caminos que podía transitar como lehendakari a fin de hacer más creible su vuelta al autonomismo. Por ejemplo, hacer desaparecer instituciones y 'organismos paralelos' surgidos de Lizarra, como Uldalbiltza, la asamblea de municipios vascos.
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