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La cárcel de Zuera, que el PP prometió no abrir nunca, se inaugurará mañana

El director general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste, abrirá mañana la cárcel de Zuera, un nuevo establecimiento penitenciario que permitirá el cierre de los centros de Torrero, en Zaragoza, y de Huesca y que llevan años aguardando el traslado de sus presos a otras prisiones en mejores condiciones.

La cárcel de Zuera, en la que se han invertido más de 9.000 millones de pesetas, lleva terminada desde julio de 1996, pero ha permanecido cerrada porque el PP se opuso a su construcción y llegó a decir, por boca del actual ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, en la campaña de las generales de 1996: 'Si gobernamos esta cárcel no se abrirá'.

Construida dentro del plan de equipamientos penitenciarios potenciado por el ex ministro socialista Antoni Asunción, la cárcel se terminó cuando era ya ministro Juan Alberto Belloch. Hasta esa fecha se habían invertido en su construcción 7.836 millones.

Lo cierto es que su construcción comenzó a proyectarse en 1983. Pero fue una realidad en los años 90. Las Cortes de Aragón se pronunciaron contra ese centro en reiteradas ocasiones, y la comarca del Bajo Gállego, que agrupa a los municipios del entorno del centro, iniciaron una campaña de movilizaciones. Sólo la defendían los socialistas que, de hecho, perdieron dos feudos importantes en las primeras elecciones que ganó Aznar: Zuera y Ontinar.

En ese tiempo, el Gobierno de Aragón, en manos de PP y Par, buscó alternativas a un centro que se levanta sobre los Llanos de la Violada, apartado de cualquier núcleo urbano y cerca de la autovía Somport-Sagunto. El Ejecutivo aragonés nunca dio los permisos de agua y vertido y los muebles se llenaban de polvo en un centro cerrado a cal y canto.

Alternativas

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Pero las alternativas no prosperaron, se llegó a hablar de residencia de ancianos, de estudiantes, centro militar o de reformatorio para menores. Javier Arenas, titular en el primer Gobierno de Aznar de Trabajo y Seguridad Social, daba largas a las propuestas mientras el anterior ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, reconocía que la cárcel sólo servía para albergar presos. De hecho, el entonces Defensor del Pueblo, Fernando Álvarez de Miranda, había emitido duros informes sobre la situación de los presos en Huesca y Zaragoza.

El segundo Gobierno de Aznar asumió la apertura de la cárcel. Nadie vendrá a su inauguración. En el centro, ideado para 1.000 reclusos, construido sobre 8.000 metros cuadrados, dividido en módulos y con una zona para mujeres -incluida guardería de niños-, la incorporación será paulatina. Los 120 funcionarios de Huesca y los 200 de Zaragoza se trasladarán a ella, pero está previsto que haya hasta 500 trabajando en un centro que finalmente se abre mañana.

Hoy, el PSOE ha recuperado las alcaldías de Zuera y Ontinar, el PP asume que la inauguración no tiene vuelta atrás, pero sigue diciendo que fue una imposición del Gobierno socialista.

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