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Los productores de aceite prevén que la crisis del orujo hunda los precios

La cancelación de las operaciones de compra paraliza el sector

Agustín Rodríguez, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) en Jaén, subrayó ayer que se está produciendo 'una parálisis' que se reflejará con claridad en los precios a partir de esta semana. Gregorio López, responsable de la Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas (COAG) en esta misma provincia, añadió que las operaciones de venta 'están esperando a mejores momentos'.

El orujo ha terminado salpicando al aceite. 'Pero no sólo es eso, es que en estos momentos los olivareros tienen que prepararse para ir a los bancos, hacer pólizas, reclamar préstamos, y eso también se ha parado. Está todo el mundo quieto sin saber cómo reaccionar', aseguró Gregorio López.

Agustín Rodríguez resaltó que los olivareros son los que van a pagar 'los platos rotos' de la decisión del Ministerio de Sanidad de retirar del mercado el aceite de orujo. En Jaén y Granada, explicó, ya ha habido operaciones de venta de aceite a granel que se han deshecho ante el temor a la reacción de los mercados. 'Nadie quiere hacer operaciones. El aceite que tengan los corredores y las grandes envasadoras en su poder es el que se mueve. Con eso se apañan y esperan a ver qué pasa', añadió Gregorio López.

Efectos inmediatos

Lo que las organizaciones agrarias prevén es que esta situación se traslade inmediatamente a los precios del aceite de oliva. 'Celia Villalobos [ministra de Sanidad] tiene un desconocimiento total del sector del aceite, no sabe lo que ha hecho', según el responsable de COAG en Jaén. 'Creo que el mercado interior no se va a resentir, y que se recuperará, pero las exportaciones no tienen buenas perspectivas', indicó Rodríguez, recordando que el 40% de las ventas de aceite español a granel se dirige a otros países.

El sistema pool de información de precios de la Fundación del Olivar indica que a lo largo de la semana pasada, en la que se desencadenó la crisis del orujo con la retirada de las botellas de este producto, se realizaron un total de 22 operaciones de venta de aceite de oliva. Mientras el virgen extra se vendió a 295 pesetas de media, la botella de fino o corriente descendió hasta las 271 y el lampante, de peor calidad, a 264 pesetas. 'Estos precios no servirán de referencia esta semana, seguro que caen todavía más', vaticinó el responsable de UPA en Jaén.

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La Unión de Pequeños Agricultores también tiene preocupación por las repercusiones económicas de la crisis en las extractoras de orujo. Si no se da una solución que reactive al sector, adelantó Rodríguez, en la próxima campaña habrá pérdidas de 3.000 millones de pesetas para los olivareros españoles, sólo teniendo en cuenta que dejarán de ingresar dinero por la venta del orujo a las extractoras.

Si éstas no tienen un negocio rentable no querrán comprar el orujo con alpechín, la sustancia que queda tras la conversión de la aceituna en aceite. No sólo no lo venderán, sino que además tendrán que almacenar y transportar tres millones de toneladas, suponiendo que la campaña dé una producción de 900.000 toneladas de aceite de oliva.

'¿Quién va a pagar eso? ¿No se lo está planteando nadie?', se preguntó Agustín Rodríguez. Lo que teme es que sea un coste añadido que tendría que soportar el productor. 'Si se incrementan los costes de producción y se baja el precio del aceite, que es probable que ocurra, no podremos sobrellevar la situación', concluyó.

El consejero de Gobernación, Alfonso Perales, a quien competen los asuntos relacionados con consumo, ha solicitado a la ministra de Sanidad que la Conferencia Sectorial de Consumo, prevista para hoy en Barcelona, analice la crisis del orujo.

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