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La deuda como única estrategia del Consell

Hay un principio en el mundo de los negocios que nos recuerda que no podemos ser buenos en todo, y por lo tanto tenemos que efectuar una elección estratégica para orientar nuestras actuaciones y planes.

De igual forma, todas las empresas tienen un objetivo central: crecer, y para ello utilizan como instrumento la inversión, tanto en bienes de equipo como en capital circulante que ayuden a conseguir ese objetivo. Las decisiones de inversión y su financiación son básicas en el mundo de la empresa. Si observamos los datos del cuadro podemos observar que las empresas valencianas tienen una actividad inversora importante (aumenta un 24% en tres años), y mantienen una estructura financiera muy sólida (40% de recursos propios y 60% de financiación externa).

Si efectuamos ahora un análisis comparativo con la actuación del gobierno valenciano encontramos una absoluta disociación con los principios y actuaciones del entramado empresarial valenciano.

No encontramos pues elección estratégica en la actuación del Consell de la Generalitat Valenciana. Si atendemos a las características de nuestro territorio y entramado social, la apuesta por la economía productiva, la internacionalización e innovación, la microempresa y los trabajadores autónomos, deberían ser los puntos de atención primordial de la acción del gobierno de los valencianos. Si nos atenemos a los resultados, la Comunidad Valenciana pierde cuota exportadora (de representar el 19% de las exportaciones españolas en 1986, pasan a suponer algo más del 12% en el año 2000); en investigación, desarrollo e innovación alcanzamos el 80,63% de la media española, y hay que recordar que el esfuerzo en este apartado de España supone un 0,9% sobre el PIB, mientras que nuestros principales competidores, Francia y Alemania se encuentran en el 2,18% y 2,38%, respectivamente. Aún peor nos encontramos respecto de la presencia de sectores ligados a las tecnologías de la información, con un nivel del 57,7% respecto de la media española.

Con esta situación, cómo es posible que la actuación financiera de la Generalitat nos haya convertido en la Comunidad Autónoma con mayor deuda respecto del PIB. En cinco años, como se observa en el cuadro, la deuda viva del gobierno valenciano ha aumentado un 122%, y cada valenciano soporta 240.580 pesetas de ese endeudamiento, mientras que cinco años antes sólo era de 111.037 pesetas.

Si la LOFCA (Ley Orgánica para la Financiación de las Comunidades Autónomas) sólo permite a los gobiernos autónomos endeudarse para financiar inversiones, únicamente encuentro como justificación para el espectacular aumento de la deuda valenciana las inversiones faraónicas ejecutadas por el Gobierno Zaplana.

Si analizamos la relación entre la deuda y el ahorro bruto (cuántos años tardaría en pagar su deuda viva el Gobierno valenciano con el volumen de ahorro generado en cada ejercicio) la Comunidad Valenciana necesita más de seis años para amortizar totalmente su deuda con el ahorro previsto en sus presupuestos. Además, el proyecto de Ley General de Estabilidad Presupuestaria impulsado por el gobierno central del PP, vincula las posibilidades de nuevo endeudamiento a las operaciones de amortización de deuda que tenga lugar en cada ejercicio, con lo que la financiación de las nuevas inversiones va a depender del ahorro generado.

Como pueden observar, y no hace falta ser un lince, este escenario plantea muchas sombras, con un gobierno que realiza apuestas divergentes respecto de las características de su territorio y entramado social, y mantiene políticas de endeudamiento que van a limitar futuras inversiones públicas totalmente imprescindibles (internacionalización, investigación, desarrollo e innovación, estímulo de las tecnologías de la información, apoyo financiero y fiscal a las microempresas y trabajadores autónomos, por poner sólo unos ejemplos). Un escenario de incertidumbre, éste, que no deja de ser preocupante por las nefastas consecuencias que pueden acarrear para el futuro más próximo y también por la tremenda disociación existente entre los modelos de gestión de la administración pública y del sector privado valenciano. Todo una muestra de la particular visión de defensa de los intereses valencianos que tiene Zaplana.

Rafael Beneyto Cabanes, responsable de economía del Bloc Nacionalista Valencià.

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