Las diputaciones de Vizcaya y Guipúzcoa llegan a la mitad de legislatura con signos de desbloqueo
El pacto PNV-PSE se perfila cada vez más factible para lograr gobiernos forales estables
Las diputaciones de Guipúzcoa y Vizcaya afrontan, al cumplirse el ecuador de la legislatura, la necesidad de buscar apoyos estables que acaben con la actual paralización de nuevas iniciativas. La situación de minoría se ha hecho patente sobre todo este año, tras la ruptura del acuerdo del PNV-EA con EH, y la necesidad de prorrogar presupuestos. El futuro aparece más diáfano tras el 13-M y en Guipúzcoa PNV y PSE han logrado un acuerdo para invertir 4.500 millones, lo que al menos abre un pacto para las cuentas de 2002.
Este mes se cumplirán dos años desde que accedían a sus cargos de diputados generales Josu Bergara, Román Sudupe y Ramón Rabanera, dos peneuvistas y un popular. Si en el primer ejercicio se cumplió algo entonces impensable, que en ninguna de las tres diputaciones hubo un pacto de gobierno estable, en el último año la situación se ha agravado al no disponer de presupuestos para 2001 tanto en Vizcaya como en Guipúzcoa. Álava ha logrado normalizar su funcionamiento con el pacto alcanzado sobre las cuentas entre el PP y el PSE.
Si durante 2000 la aprobación de los presupuestos permitió un lapso de tranquilidad a los mandatarios vizcaínos y guipuzcoanos, la prórroga de las cuentas para 2001 ha complicado el trabajo. 'El funcionamiento de la prórroga no afecta a la gestión, que sigue como siempre, aunque si a las nuevas iniciativas', admite un portavoz de la Diputación vizcaína. Sin cuentas renovadas, el equipo de gobierno sólo puede aspirar a continuar con los programas ya aprobados el año anterior y no dedicar nuevos recursos, propiciados por la bonanza económica -sólo el pasado año en Vizcaya hubo un excedente de 5.200 millones- a proyectos nuevos.
Un ejemplo de la coyuntura favorable fue que las cuentas de 2000 abandonaron la austeridad por primera vez en seis años y aumentaron el gasto en un 11%.
Si las Juntas Generales vizcaínas recuperaron el pasado año su actividad al tramitar 13 normas forales -superando así el parón de 1999, con sólo ocho-, la situación de minoría ha significado que hasta ahora se hayan presentado seis. Josu Montalbán (PSE), considera 'gravísimo' la falta de presupuestos 'porque hasta ahora hemos estado en época de vacas gordas' y censura que se funcione con las cuentas pactadas el pasado año con EH.
La legislatura ha cambiado sustancialmente y las elecciones autonómicas han marcado el ritmo: los comicios de 1998 abrieron el camino de Lizarra y la entente nacionalista y las elecciones de mayo pasado han vuelto a dibujar futuros acuerdos entre nacionalistas y no nacionalistas. Del inicial acuerdo, aunque externo con EH, Bergara ha pasado a ni siquiera haber contactado con los independentistas -el único partido al que no se dirigió- para buscar el acuerdo presupuestario que quedó frustrado. En estos dos años ha habido un único acuerdo relevante unánime (la reducción de la imposición fiscal a 4.000 prejubilados por la reconversión) y por primera vez en los 20 años de historia de la institución, la oposición tumbó una iniciativa significativa, sobre la reforma fiscal, del equipo de gobierno. Ahora, con bastante más timidez que en Guipúzcoa, el equipo de gobierno piensa en pactos, al menos para el próximo presupuesto, con el PSE.
Desbloqueo con el PSE
En Guipúzcoa, la evolución ha sido similar. De los acuerdos del primer año con EH, se ha pasado a un desbloqueo de las relaciones entre el PSE-EE y el ejecutivo y se ha alcanzado un acuerdo para invertir en diversos proyectos 4.518 millones de pesetas, un excedente recaudatorio no incluido en los presupuestos prorrogados. Una fecha clave fue el debate de política general celebrado en octubre del año pasado, en el que Sudupe se desmarcó claramente del partido de Arnaldo Otegi y empezó a tender puentes a socialistas y populares, aunque sin obtener respuesta.
El gabinete encabezado por Sudupe se ha topado durante meses, hasta el 13-M, con una férrea oposición, plasmada sobre todo en dos temas tan sensibles como son las carreteras y los presupuestos. La situación de minoría llevó al gobierno foral a no presentar ante el parlamento territorial un proyecto de presupuesto foral para este año y prorrogar las cuentas de 2000. Llegaron así los comicios de mayo y con ellos 'cierto deshielo', según un portavoz foral, de las relaciones entre el bipartito nacionalista y el PP y, sobre todo, el PSE-EE.
La oposición ejercida contra el gobierno guipuzcoano, en cualquier caso, no ha hecho disminuir el número de normas forales aprobadas en comparación con la legislatura pasada. A mediados del anterior mandato, las Juntas habían dado luz verde a 19 normas, mientras que en el ecuador de esta legislatura ya se han aprobado 33.
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