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MILOSEVIC, ANTE LA JUSTICIA INTERNACIONAL

Serbia entrega a Milosevic al tribunal penal de La Haya

Belgrado desafía al Tribunal Constitucional yugoslavo y entrega al dictador sin informar a Kostunica

El Gobierno serbio decidió en la tarde de ayer poner rumbo al Tribunal Penal Internacional (TPI) para la ex Yugoslavia, con sede en La Haya, al ex presidente Slobodan Milosevic, que llegó a la cárcel de Scheveningen a la 1.15. El ex dictador está reclamado desde mayo de 1999 por su responsabilidad en crímenes de guerra cometidos contra los albaneses de Kosovo. La entrega de Milosevic a la justicia internacional fue decidida por el Gobierno serbio en una reunión convocada horas después de que el Tribunal Constitucional de Yugoslavia suspendiera temporalmente la validez del decreto que permitía su extradición. Su encarcelamiento coincide con los diez años del inicio de las guerras de los Balcanes, de las cuales Milosevic fue su máximo responsable.

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Milosevic llegó en helicóptero a la cárcel de Scheveningen, cerca de La Haya, procedente de la base de la OTAN de Folken, en Eindhoven, en la que aterrizó alrededor de las 12 de la noche, según informó el portavoz del tribunal internacional. Milosevic fue sometido de inmediato a un reconocimiento médico, y probablemente no comparecerá ante el tribunal para que le sean leídos los cargos hasta dentro de una semana. Algunas fuentes apuntaban que el ex dictador pasaría estos primeros días en una cárcel holandesa para delincuentes comunes, pero este extremo no lo confirmaron portavoces oficiales. Dada la expectación que su entrega ha despertado; anoche se habían congregado varias decenas de personas frente a Scheveningen.

Según la agencia BETA, dos ex militares acusados de crímenes de guerra también fueron extraditados ayer; se trata de los serbo-croatas Milan Martic y Mile Mrksic.

El portavoz del Gobierno serbio, Nemanja Kolesar, confirmó hacia las siete de la tarde lo que minutos antes había anticipado la emisora independiente B92: "El ex presidente Milosevic ha sido entregado a las autoridades de La Haya". El portavoz subrayó que el Gobierno serbio había tomado esta decisión "sobre la base del artículo 135 de la Constitución de Serbia y del artículo 16 de la Constitución de Yugoslavia (...) para la ejecución de obligaciones sobre la cooperación con el TPI". La entrega de Milosevic fue confirmada también por un portavoz del TPI en la Haya, quien destacó que este hecho "marca un momento muy importante en la vida de esta institución".

La agencia Tanjug informó de que el presidente yugoslavo, Vojislav Kostunica, no había sido informado de la decisión del Ejecutivo serbio. Kostunica se había manifestado en días pasados partidario de respetar las decisiones del Tribunal Constitucional federal. Milosevic, de 59 años, estaba encarcelado en la prisión central de Belgrado desde el pasado 1 de abril.

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Con la entrega inmediata de Milosevic, el Gobierno serbio respondía en cuestión de horas a la decisión del Tribunal Constitucional de Yugoslavia de suspender temporalmente la validez del decreto gubernamental aprobado por el Gobierno de Kostunica el pasado sábado que iniciaba el proceso de su extradición a La Haya. La suspensión, adoptada por unanimidad por los cuatro jueces del tribunal -su presidente, Milutin Srdic, dimitió antes de comenzar la sesión- bloqueaba la entrega de Milosevic hasta que se decidiera sobre la "constitucionalidad" del decreto, lo que no iba a ocurrir "antes del próximo 12 de julio".

El comunicado del Tribunal Constitucional en el que se decía que "se ha decidido iniciar un proceso de estudio de la constitucionalidad del decreto y detener todas las medidas que prevé, mientras dure el plazo de verificación de la compatibilidad del decreto con la Constitución" fue recibida con júbilo por los partidarios de Milosevic, que se apresuraron a cantar victoria y a celebrar "el triunfo de la justicia sobre la violencia", en palabras de Toma Fila, uno de los abogados del dictador.

Pero el Gobierno serbio ya había advertido de que estaba dispuesto encontrar la forma de cooperar con La Haya al margen del Tribunal Constitucional. El ministro del Interior yugoslavo, Zoran Zivkovic, aseguró: "Nosotros tenemos obligaciones internacionales contraídas y el decreto entró en vigor. Corresponde a los órganos serbios decir lo que se va a hacer".

Cooperación directa

Incluso antes de que se reuniera el alto tribunal , el primer ministro de Serbia, Zoran Djindjic, había dejado claro que Belgrado llevaría a cabo directamente la cooperación con el TPI en caso de que el procedimiento de aplicación del decreto se viera interrumpido. "Eso significa en la práctica que Milosevic será transferido a La Haya", remachó Djindjic.

Para los líderes reformistas el Tribunal Constitucional yugoslavo carece de legitimidad ya que sus miembros fueron nombrados en la época de Milosevic. De hecho, de los siete jueces que lo componían, actualmente sólo quedaban cinco en ejercicio al haber dimitido tiempo atrás dos magistrados de Montenegro. Además, su presidente, Milutin Srdic, decidió no participar en la sesión de ayer alegando que había cumplido 65 años, la edad de jubilación. Srdic fue quien obligó el pasado octubre a celebrar una segunda vuelta de las elecciones presidenciales, una vez que Kostunica se había proclamado ganador en la primera vuelta.

El decreto de la discordia fue aprobado el pasado sábado por el Gobierno yugoslavo al no lograr el respaldo de los diputados montenegrinos en el Parlamento. La suspensión del decreto fue solicitada al Tribunal Constitucional por los abogados defensores y el Partido Socialista Serbio, alegando la inconstitucionalidad de la medida, ya que la Carta Magna yugoslava prohíbe la extradición de ciudadanos yugoslavos.

La entrega de Milosevic a la justicia internacional deja al presidente Kostunica en una posición política muy incómoda. Una fuente del Gobierno yugoslavo reconoció que el presidente se había enterado de la noticia de la extradición por la radio. Además, según admitió a la BBC el viceprimerministro Korac, el decreto había provocado una auténtica batalla política entre la coalición integrada por dieciocho partidos que sostienen al Gobierno y que Kostunica y su partido "estaban bastante aislados".

El ex presidente de Yugoslavia Slobodan Milosevic, junto a sus escoltas, en marzo de este año, poco antes de su detención, en su casa de Belgrado.
El ex presidente de Yugoslavia Slobodan Milosevic, junto a sus escoltas, en marzo de este año, poco antes de su detención, en su casa de Belgrado.REUTERS

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