'Hay directores que piensan que el actor sólo existe si ellos lo creen'
Daniel Giménez Cacho (Madrid, 1961) decidió abandonar su carrera en México para aventurarse en el mercado español. El resultado ha sido más que satisfactorio. 'Allí ganaba dinero en televisión, pero estaba perdiendo como actor. Era cuestión de apostar y gané'. Estrena Sin vergüenza, de Joaquín Oristrell, y prepara el rodaje de la próxima película de Agustí Villaronga.
Pregunta. ¿Cómo ha conseguido ser tan sinvergüenza en su película?
Respuesta. Apelando a todo lo que uno tiene para ser actor. Enfrentando tus emociones y tratando de manejar mis sentimientos. Es lo que haces para ser actor, quitarte el ojo que tienes frente a ti, que te juzga y te hace sentir. De eso trata precisamente la película, de gente que está luchando por sentir. Los actores jóvenes porque están estudiando y aprendiendo a actuar, y el personaje que hago yo, porque trata de enfrentar sus emociones y parte de un amor que tuvo 20 años atrás.
'Vine a España porque pensé que podría ser una puerta para otras industrias'
P. ¿Un amor algo fantástico?
R. Me parece como de película. Joaquín Oristrell es un romántico. Lo que pasa es que cuando uno es joven y te pasa algo por primera vez, te marca mucho y puede llegar a no olvidarse. Sin duda, Joaquín Oristrell es un verdadero romántico.
P. ¿Cómo ha llevado eso de actuar como director?
R. Me sentí cómodo. Cuando leí el guión me gustó ese monólogo en el que se ataca a los actores. Me sentí cómodo desde que lo leí. Estaba muy de acuerdo. Se dicen cosas que yo había pensado y había discutido con colegas sobre este vicio de los actores de creerse por encima, especiales y superiores. Así que me sentí muy de acuerdo con esta crítica. Luego se da la paradoja de mi personaje: todo lo que él ataca es lo que le pasa a él. Así que hay critica para todos.
P. ¿Entre directores y actores existe lucha de egos?
R. Es muy diferente dar la cara, implica una cosa muy particular de este trabajo. Al dar la cara, el actor actúa y el director no puede. Encuentro más terapéutico ser actor. Al poder actuar sacas muchas más neurosis, liberas emociones, sacar energía libera mucho más. Como director, he dirigido dos obras de teatro y siempre me ha ocurrido que las cosas quedan en un nudo en el estómago. No liberas la tensión que sientes. He trabajado con directores que creen que tú vives, existes, en tanto ellos te imaginan y tienen un poder sobre tu persona. Y hay otros que te abren el juego y participas con ellos.
P. ¿Trabajar con tantos actores noveles resulta más complicado?
R. No especialmente, son chicos muy entrenados, con los personajes y la historia muy trabajados. Resultó de lo más normal. Con una carga emotiva muy fuerte de todos ellos. Era su primera película y, como la primera vez que te ocurre algo, lo vives de manera especial.
P. ¿Un actor debe interpretar a los actores clásicos para demostrar sus tablas?
R. No. A mí lo que más me gusta y más difícil se me hace son las pequeñas cosas, los detalles, los gestos. A veces, un gesto puede sintetizar al personaje en algo tan sencillo como la manera de tomar algo y no en la manera de decir un diálogo. En el cine, sobre todo.
P. Apostó por la industria cinematográfica española hace unos años. ¿Ha logrado los objetivos marcados?
R. Más y más. Hay muchas cosas que yo no me imaginaba que me iba a encontrar, de la profesión y de la vida, que han sido muy buenas. Encontré algunas cosas en el camino que me han servido mucho para abrirme a otros mundos. Es como empezar de cero. Cuando llegué aquí, a pesar de llevar 19 años trabajando, tuve que volver a entrar en esta cosa tremenda de los actores como si iniciase la carrera. He encontrado gente maravillosa entre los colegas.
P. ¿El futuro de los actores latinoamericanos pasa por emigrar a Europa?
R. Es una opción. Hay quienes optan por Hollywood y allí sus papeles serán siempre de latinos. Tengo amigos que han optado por esa oferta y, sin embargo, yo siempre me he sentido más unido a Europa. Mis padres son españoles y me siento más cercano y puedo desarrollar más mi carrera en la industria europea. Pensaba que podía ser una puerta para el resto de Europa, aunque he comprobado que es difícil. Lo que sí está resultando interesante es que yo pueda tener un cierto nombre. Eso favorece a los productores mexicanos, les ayuda de algún modo a vender las películas.
P. ¿Le gustaría actuar en Francia?
R. Me gusta mucho la forma en que el cine francés aborda la vida. Me encantaría trabajar con Tavernier. Abandoné México porque el horizonte que tenía era la televisión de las series. Como actor, eso resulta muy frustrante y tienes que hacer muchas cosas que no te llenan nada. Los trabajos en televisión se hacen bien, pero no te desarrollas, y después de hacer dos o tres series coges vicios y tics. Quería hacer cine y me lancé a la aventura.
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