'La universidad no se debe involucrar en el proceso de paz de Colombia'
El cirujano Jaime Restrepo (Medellín, Colombia, 1944) es rector de la Universidad de Antioquia desde 1995. Éste es su tercer mandato al frente de esta universidad pública, fundada en 1803, que tiene 24.000 alumnos y ocho sedes (tres en Medellín). Restrepo acudió recientemente a Bilbao para asistir a la conferencia mundial de parques tecnológicos.
Pregunta. ¿Cómo es la vida cotidiana en su universidad?
Respuesta. Es compleja. El 86% de los estudiantes son de bajos recursos económicos, vienen de los barrios periféricos donde hay problemas de guerrilla, paramilitarismo, narcotráfico, violencia común. Llegan a nuestra universidad muy penetrados de esas dificultades, que muchas veces se expresan en la universidad.
'Tenemos que formar excelentes ciudadanos para que puedan hacer progresar la nación'
P. ¿Cómo se les forma en ese ambiente?
R. A través del diálogo, del debate ideológico, de la persuasión. No hay otra manera. Existe un sustrato que por sus vivencias pasadas es proclive a la violencia. El primer choque es acostumbrarse a la exigencia. Nosotros no enseñamos la ética con clases, con créditos, con cosas por el estilo; tenemos un sinnúmero de actividades alrededor de la formación en valores. El 50% de los estudiantes hace alguna actividad deportiva y cada mes organizamos 250 actividades culturales. Eso también los sustrae de otras actividades perniciosas.
P. Han intentado crear un oasis de convivencia.
R. La universidad es uno de los pocos espacios que en Colombia quedan donde se puede hablar libremente y donde cada organización política, por extrema que sea, puede expresar libremente sus opiniones, pero debe hacerlo por fuera de manifestaciones de violencia. Hemos tratado de infundir la necesidad de la convivencia pacífica, que los conflictos se resuelvan razonando, dialogando.
P. ¿Qué hace la universidad en Colombia para contribuir al fin de la violencia, para alcanzar la paz?
R. Lo que sabe hacer. Debe seguir formando profesionales y científicos capaces de reconstruir el país. Porque la universidad no puede dirigir los procesos políticos alrededor de la paz porque quedará involucrada y acabarían con ella.
P. ¿Está su universidad directamente amenazada?
R. No, no, pero hay expresiones de violencia en su interior como en otras universidades del país. 1999 fue una época muy difícil. Una bomba de la guerrilla destruyó la Rectoría, mataron a un profesor en su oficina, nunca se supo qué organización mandó matarlo, mataron a un trabajador de una cafetería [del campus] que, al parecer, no quiso pagar una extorsión y los paramilitares mataron al principal dirigente estudiantil. La violencia ponía a nuestra universidad en riesgo de cerrarse y era necesario que fuera protegida por la sociedad. Ahí, nosotros organizamos un plebiscito. La pregunta era: '¿Usted quiere una universidad abierta, funcionando, plural y sin violencia?'. Más de 80.000 personas en Medellín y más de 15.000 en la ciudad universitaria contestaron afirmativamente. También reunimos a 1.400 padres de estudiantes para hablar de violencia y que incidieran en ellos. Llevamos año y medio sin ningún acto de violencia.
P. ¿Es optimista?
R. Siempre, no hay mal que dure cien años. Tenemos que formar excelentes ciudadanos para que, cuando las condiciones sean propicias, estas gentes, formadas con una clara convicción en contra de la violencia, puedan hacer progresar la nación. Son 20 o 30 años más de pronto, pero las nuevas generaciones son las que salvarán definitivamente al país.
P. ¿Por qué ese interés en los parques tecnológicos?
R. La Universidad de Antioquia tiene un proyecto de parque tecnológico que busca unir los esfuerzos de las universidades, el Gobierno y el sector productivo para crear una infraestructura donde hacer investigación aplicada. Hemos logrado vincular a casi todas las universidades públicas y privadas de la región, los sectores farmacéutico, alimentario y agropecuario forestal.
P. ¿Qué falta? ¿Implicación empresarial?
R. Muchas cosas. Recursos económicos porque indudablemente estos proyectos requieren una gran infraestructura. El Gobierno español apoyó el diseño del proyecto y su plan de viabilidad, que hizo una empresa española. Y ahora es hora de levantar los edificios.
P. Su universidad tiene una intensa actividad investigadora, pero, ¿cómo convence a las empresas para que le den fondos?
R. ¡Con proyectos! Hemos logrado que 250 empresas nacionales e internacionales financien el 30% de nuestra investigación. Presentamos proyectos y competimos por recursos en Colombia y en el extranjero. Nuestro presupuesto para este año, 50.000 millones de pesos [5.000 millones de pesetas], duplica el de la administradora general de la investigación en el país. Aunque la media de profesores con el título de doctor es del 2,6% en Colombia, tenemos el 15%. Ahora tenemos a 130 estudiantes y profesores haciendo doctorados por el mundo.
P. ¿Regresan a Colombia?
R. Uno creería que no por la situación actual del país, pero sí hemos logrado un retorno porque les damos posibilidades de investigar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.