EE UU recorta los tipos por sexta vez este año y los sitúa en el 3,75%
Alan Greenspan defrauda a Wall Street al limitarse a una rebaja de un cuarto de punto
El de ayer fue, probablemente, el penúltimo cartucho de Greenspan. El tipo básico (interbancario a 24 horas) no estaba tan bajo desde abril de 1994, y lo mismo ocurre con la tasa federal (préstamos de la Fed a bancos privados), que ayer quedó reducida al 3,25%. Aunque la mayoría de los analistas de Wall Street predecían una reducción mayor, de medio punto, lo cierto es que no puede esperarse mucho más de la Reserva Federal. Greenspan no desea meterse en un cenagal como el japonés, en que el dinero carece prácticamente de interés (el tipo básico ronda desde hace años el 0%) y, sin embargo, la economía no remonta. La Fed está casi en el límite; más allá, quedaría prácticamente desarmada, como el Banco Central de Japón, sin otra cosa que hacer que regular las cantidades de dinero en circulación.
El retoque monetario se produjo tras dos días de reunión del Comité Federal del Mercado Abierto, el órgano ejecutor de la Fed. Las discusiones de Greenspan y los presidentes de cinco de las 12 Reservas regionales no debieron aportar grandes novedades, porque la nota con que la Fed acompaña sus decisiones mantuvo el tono de las publicadas en los pasados seis meses. 'Las tendencias evidentes en los últimos meses -declive de los beneficios y de la inversión empresarial, débil expansión del consumo y desaceleración del crecimiento en el extranjero- continúan pesando sobre la economía', decía el comunicado, que subrayaba, como de costumbre, que el mayor riesgo para el futuro próximo era 'la debilidad económica'.
La Reserva Federal considera que no existe una amenaza real de repuntes inflacionarios, ya que las recientes alzas de precios se han debido a factores coyunturales como las subidas de los combustibles. Y, a diferencia de otras veces, no anunciaba en su nota de ayer que seguiría 'de cerca' la evolución de los indicadores, una frase que, en el código de la institución, significa que Greenspan considera probable la necesidad de retocar los tipos antes de que se realice la siguiente reunión del Comité Federal. La próxima reunión está convocada para el 21 de agosto, por lo que hay que suponer que, salvo grandes emergencias, el 3,75% seguirá siendo el tipo de referencia durante todo el verano.
Comparecencia en julio Alan Greenspan informará en julio al Congreso sobre la evolución económica, y sus palabras, siempre escuchadas con la máxima atención, serán especialmente interesantes. Los tipos estadounidenses han bajado el 2,75% desde enero, sin que eso haya tenido un impacto perceptible en la economía: la bolsa sigue bajando y está bastante por debajo del nivel del 15 de mayo, fecha del anterior retoque monetario; el paro sigue creciendo, los beneficios empresariales han caído de forma espectacular y la inversión en equipamiento tecnológico, clave de la expansión durante la pasada década, es mínima. La tremenda fortaleza del dólar, que daña de forma sustancial las exportaciones y el sector agrario, supone un inconveniente adicional para el relanzamiento de una economía estancada.
Resulta habitual que el prestigio de la Fed y el de su presidente se deterioren en momentos de dificultad. En Wall Street es ya un lugar común la idea de que la Fed se excedió el año pasado, cuando extinguió el riesgo de un rebrote inflacionario subiendo los tipos hasta el 6,5%, un nivel no visto en toda una década.
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