El banco trata de cerrar una larga crisis impulsando una reorganización y fijándose nuevos objetivos

El BSCH ha vivido una crisis interna, con una presencia en los medios de comunicación que ha escandalizado al sector, incluyendo al Banco de España. La reorganización de la comisión ejecutiva anunciada ayer, la fusión de las redes y los exigentes objetivos para el 2002 y 2003, son un llamamiento a que 'todos empujen en la misma dirección y se acaben las disputas internas de poder', según un ejecutivo de la entidad.

Botín apenas ha realizado cambios entre los directores generales, 'con lo que trasmite la idea de que, a partir de marzo de 2002, será el presidente de todos en el banco', comentan dentro del BSCH.

Con estas intenciones se pretende cerrar una crisis que se inició en septiembre pasado, cuando Santiago Foncillas, consejero del BSCH y presidente de Dragados, intentó fusionar esta compañía con Sacyr, con el visto bueno de Botín, pero sin el conocimiento de Ángel Corcóstegui. Esta actuación abrió un periodo de desconfianza mutua entre los altos ejecutivos, que se dividieron en bandos, según su banco de origen. En noviembre, la crisis de Internet, y la del banco online Patagon, adquirido por 90.000 millones de pesetas tras la mediación de Ángel Corcóstegui, fue otro elemento de discordia en el comité directivo.

En un mismo mes se compró Banespa en Brasil, donde el BSCH invirtió un billón de pesetas, lo que fue otro motivo de enfrentamiento. Francisco Luzón, responsable de América Latina, lideró esta adquisición, discutida en la entidad porque el siguiente banco pretendiente ofreció menos de la mitad por Banespa.

Ahora, la entidad pretende olvidar estos episodios y presentarse ante la junta de marzo próximo en un clima de paz interior.

Pero aún queda pendiente otro tema espinoso: la reducción del consejo de administración. El primero en abandonarlo será Santiago Foncillas, que se marchará en octubre, al cumplir los 72 años. Es probable es que su puesto se amortice y, quizá se aproveche la ocasión para prescindir de cuatro vocales más, dos del Santander y dos del BCH.Esta es otra de las incógnitas que ha quedado pendiente.