Las oficinas del Santander y del Central Hispano se unificarán bajo la marca BSCH
El banco prevé ahorrar 150.000 millones hasta 2003
Al fin hubo fumata blanca. El consejo de administración del BSCH, reunido ayer de forma urgente, aprobó la unificación de las marcas Santander y BCH. La nueva marca comercial será Banco Santander Central Hispano, BSCH. Habrá dos redes, una para particulares y otra para empresas. La entidad mantendrá Banesto como unidad independiente, aunque la sacará de Bolsa tras una OPA de exclusión para comprar el 3% que no controla. Además, el consejo decidió reorganizar la cúpula directiva y poner en marcha un nuevo plan estratégico para los próximos dos años, denominado Programa Dos.
De esta forma, el primer banco español trata de atajar la crisis interna y acabar con las incertidumbres que vivía por los temores a cambios en la estructura de poder cuando José María Amusátegui se jubile en marzo próximo. Precisamente, además de la unificación de marcas, se considera clave para terminar esa crisis la reorganización de la comisión directiva, que pasa de 14 a 17 miembros (de G-14 a G-17). De las tres incorporaciones, dos proceden del BCH y una del Santander, aunque en la composición se mantiene el equilibrio pretendido.
El Programa Dos, que se implantará tras finalizar este ejercicio, responde a las críticas recibidas en el mercado por la ausencia de una estrategia definida para los próximos años. Sólo se habían implantado unos objetivos de incrementar el beneficio neto atribuido un 20%.
Con la unificación de marcas, la nueva entidad comercial BSCH tendrá, en un primer momento, 3.476 oficinas, inferior a las 3.864 sucursales de que dispone ahora el BBVA. Sin embargo, el grupo BSCH, que incluye a Banesto, dispone de una red de 5.518 oficinas. El objetivo contemplado en el nuevo programa es cerrar 1.000 sucursales e integrar otras 500, con lo que dispondrá de 4.000 oficinas (incluyendo Banesto) al final de 2003.
El Programa Dos, que abarcará hasta 2003, contempla aumentar el beneficio neto atribuido en un 20% anual, lo que supondrá 585.000 millones de pesetas para 2002 y 700.000 millones para 2003. Si el BSCH cumple este plan, el año que viene obtendría unos 14.000 millones de pesetas más de los que tiene previsto obtener su competidor, el BBVA.
El BSCH también se compromete a que el beneficio por acción aumente un 20%. La coincidencia entre el incremento del beneficio atribuido y el beneficio por acción implica que el banco no realizará ninguna ampliación de capital en los dos próximos años. Emilio Botín aseguró en febrero pasado que la entidad no ampliaría capital porque tampoco realizará compras de entidades. "Ha llegado el momento de consolidar las adquisiciones anteriores", explicó.
Otro de los frentes abiertos es la rentabilidad del banco. El BSCH pretende mejorar el ROE (rentabilidad sobre los recursos propios) hasta que alcance en 2003 el 20%. En diciembre pasado, esta tasa estaba situada en el 17,6%. En este capítulo, los planes de BSCH están por debajo de las pretensiones del BBVA, ya que ésta entidad se ha comprometido a obtener una rentabilidad del 24% para el año que viene. El BSCH especifica que si se excluyen las reservas voluntarias anticipadas que ha realizado la entidad, el ROE sería del 24% en 2003. Sin embargo, los analistas dan por bueno el cálculo del 20%.
El plan se apoya en un intenso proceso de reducción de costes durante este periodo de 150.000 millones de pesetas. De éstos, 100.000 millones procederán de los bancos situados en América Latina y los 50.000 restantes de las oficinas de España. Emilio Botín ha hecho de la reducción de costes uno de los ejes del banco. Incluso afirmó en la convención de directivos: "En este capítulo, no hemos aprovechado las ventajas de la fusión".
Estos menores costes permitirán reducir el ratio de eficiencia (lo que gasta la entidad por cada cien pesetas que ingresa) al 49% en 2002 y al 45% en el 2003. Para ello, se cerrarán 1.000 oficinas más de las redes BCH, Santander y Banesto, con lo que desde la fusión, hace dos años y medio, se habrán eliminado un total de 2.400 oficinas.
Esta partida es otro de los caballos de batalla entre BSCH y BBVA, porque está considerado como muy relevante entre los analistas. El objetivo del BBVA para el 2002 es obtener una eficiencia del 50%, es decir, que gastaría más que su competidor, por lo que estaría en peor posición comparativa. Según declaraciones del BSCH a los analistas, el cierre de oficinas podría alcanzar las 400 en Banesto (este año ya ha cerrado unas 170) y unas 300 para cada una de las otras dos redes.
Además, se acometerá en España y en Latinoamérica un ambicioso plan de ventas de inmuebles. Sólo en España, permitirá ingresar unos 100.000 millones de pesetas. El plan prevé impulsar las prejubilaciones en la alta dirección del banco, colectivo que se reducirá en un 50% desde el inicio de la fusión. Según fuentes del banco, estas prejubilaciones no afectarán a los actuales miembros del comité de dirección (G-17).
Reacción sindicalEl sindicato Comisiones Obreras (CCOO), mayoritario en el sector y en la entidad, afirmó ayer que "exigirá" al BSCH que el recorte de plantilla que se derive de la fusión de sus redes "se haga a través de los mismos sistemas utilizados hasta ahora". Su idea es que se siga con los criterios de prejubilaciones aplicados hasta ahora por el banco para solventar el exceso de plantilla que se derive de la integración, dirigidos al personal a partir de los 52 años. Durante el periodo de vigencia del programa estratégico presentado ayer por BSCH, hasta el año 2003, se encontrarían en esta situación unos 3.519 trabajadores: 1.881 procedentes del BCH y 1.597 del Santander, según datos de CCOO.
El secretario general de la Federación de Servicios de UGT, Juan Sánchez, mostró sus dudas sobre la posibilidad de que se prorroguen las condiciones actuales de prejubilación y advirtió de que se opondrán a cualquier decisión relacionada con despidos.
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