Prodi se ve obligado a rectificar unas confusas declaraciones sobre Niza
Revuelo en Irlanda por la visita del presidente de la Comisión
Romano Prodi está de nuevo en el ojo del huracán. El presidente de la Comisión se vio obligado ayer en Dublín a rectificar tras el revuelo que originó el jueves una entrevista publicada en el Irish Times en la que afirmaba que 'legalmente la ratificación del Tratado de Niza no es necesaria para la ampliación'. Los partidarios del no a Niza en el referéndum irlandés se han agarrado a esas palabras para sostener que es innecesaria una segunda consulta. Presionado por varios gobiernos y la propia Comisión, Prodi dijo ayer en Dublín que Niza es 'la condición política' para el reto de la ampliación.
'He venido a Irlanda para escuchar y aprender', escribió Prodi para su discurso de la cena ante el primer ministro irlandés, Bertie Ahern. Pero, además de eso, la visita del presidente del Ejecutivo comunitario ha servido para provocar otra polémica más con el político italiano, convertido en objeto de las iras de los líderes europeos y de varios comisarios. En su entrevista, Prodi comentó que, como mantienen algunos juristas europeos, el propio Tratado de Amsterdam (1997) ya prevé la adhesión de cinco Estados más a la UE. Pero ahora son 12 los países que negocian la entrada, y se desconoce aún a qué ritmo se incorporarán.
Tras el referéndum irlandés de hace dos semanas, el escenario para la reflexión de Prodi fue el peor de los posibles. El primero en reaccionar fue un airado Bertie Ahern, el primer ministro irlandés que defendió el sí a Niza, quien enseguida aseguró que la ratificación es 'una necesidad política'. Varios dirigentes europeos se dirigieron también a la Comisión para pedir explicaciones, al recordar que aprobar Niza en diciembre pasado supuso durísimas y tensas negociaciones de los jefes de Estado de los Quince, que consideraron el nuevo tratado como imprescindible para ampliar la UE.
Arreglar el desaguisado
Ayer por la tarde, y en un discurso en el colegio universitario de Cork, Prodi intentó arreglar el desaguisado. 'El objetivo esencial de Niza es permitirnos acoger en pocos años a los 12 países que hoy negocian la adhesión', señaló. 'Sin duda, el Tratado de Niza es una condición política para la ampliación' y es 'necesario' para que la UE pueda funcionar con 27 países.
Pero, para entonces, los dirigentes de la campaña del no a Niza en Irlanda ya se habían subido al carro de Prodi y argumentaban ayer que, si Niza no es necesaria para la ampliación, no hace falta convocar un segundo referéndum. Michael Noonan, líder de ese movimiento, calificó incluso de 'antidemocrática' una segunda consulta sobre un asunto que ya ha sido rechazado por los electores.
En Bruselas, distintos portavoces oficiales intentaron ayer suavizar el entuerto. 'Claro que siempre puede haber arreglos técnicos o jurídicos, pero no buscamos una solución técnica, sino una global' que pasa por ratificar Niza para acometer la ampliación, comentó el portavoz del comisario para la ampliación, el alemán Günter Verheugen.
El conflicto creado por Prodi se produce sólo cuatro días después de que los líderes de los Quince comunicaran a Ahern su disposición a buscar una salida al problema irlandés, bajo la premisa de que el Tratado de Niza es 'innegociable'. La semaa pasada, en el curso de una reunión de los ministros de Exteriores, Prodi sembró el estupor cuando aseguró que no tenía 'entusiasmo' por el nuevo tratado, pero que 'entre la imperfección y el desastre', a veces hay que elegir 'por el mal menor'. Las críticas a Niza, sumadas ahora al incidente de Dublín, se añaden a los múltiples conflictos que ha provocado el presidente de la Comisión desde que ocupó su cargo, en otoño de 1999, entre las que destacan sus polémicas iniciativas de los contactos de la UE con Libia, sus personales opiniones sobre las sanciones a Austria o la tensa relación con Javier Solana.
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