Respeto a España
El deplorable y conflictivo proceso que envuelve a la empresa Aerolíneas Argentinas ha venido a revelar, de una manera particularmente hiriente, la fragilidad de ciertos mecanismos económicos establecidos en nuestro país. (...) Una de las formas más odiosas en que se expresa ese estado de ánimo cercano a la frustración y al rencor son expresiones escuchadas en muchas partes entre dirigentes sindicales, como Hugo Moyano, con condenas generalizadas e indiscriminadas a España, a los españoles, a sus empresas, a su comercio, a sus autoridades. El tema sería meramente ridículo si no entrañase insultos, agresiones y amenazas, pedidos de boicot y hasta atisbos de orquestada furia popular, con una natural respuesta de resquemores y desplantes por parte de los ofendidos.
Es real que administradores y capitalistas españoles han tenido un desempeño inepto o acaso deshonesto al frente de esa compañía. (...) Pero transformar esa reacción temperamental en una suerte de anatema condenatorio contra la totalidad de los españoles, por lo menos entraña un disparate. (...) Esas tonterías viscerales, aparte de sus consecuencias negativas, entrañan injusticias flagrantes. (...) Estamos vinculados a ese país europeo por lazos (...) estrechos. (...) Por supuesto, se trata de historia compartida, pero es más que la historia: es la vida.
Al fin y al cabo, hasta para insultar a España tenemos que hacer uso de improperios españoles, según la ironía formulada hace ya siglo y medio por Juan Bautista Alberdi.
Buenos Aires, 20 de junio
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