El Ejército sirio se repliega en Líbano, pero conserva el control de puntos clave del país
La maniobra de Damasco decepciona a los sectores nacionalistas libaneses
Este movimiento de tropas, que finalizará a mediados de julio, se está llevando a cabo de acuerdo con el plan pactado de antemano por el presidente libanés, Emile Lahud, y el sirio, Bachar al Assad, después de que se produjeran en la capital importantes manifestaciones de protesta de los sectores nacionalistas contra la presencia del Ejército sirio.
Las tropas sirias llegaron a Líbano el 1 de junio de 1976, a petición del entonces presidente, Elias Sarkis, que solicitó al régimen de Damasco ayuda militar para poner en orden el país, que por aquella época se encontraba sumido en la guerra civil. Las tropas sirias prolongaron su presencia en Líbano, llegando a tener más de 35.000 soldados repartidos por todo el país, a pesar de que los acuerdos de Taef, en 1989, señalaban la obligación de estas tropas de volver a sus antiguos acuartelamientos.
Aunque se desconoce con exactitud el número de militares sirios que volverán finalmente a su país, todo parece indicar que éstos han optado por abandonar algunos de los puntos más emblemáticos y visibles de Beirut como los alrededores del Ministerio de Defensa o los accesos al palacio presidencial. Sin embargo, la orden de retirarse no parece afectar a otras unidades, que permanecen en diversos puntos estratégicos de la capital.
'Aún están allí', aseguraba ayer con indignación George, de 34 años, comerciante cristiano maronita de Ramlet el Beida, cerca de la Corniche de Beirut, en el corazón de la capital, mientras señalaba con la mirada un edificio de viviendas situado en medio de una zona residencial y que desde hace casi dos décadas sirve de sede a los agentes de los servicios secretos sirios, los mujabarat.
Los funcionarios y las fuerzas del Ejército sirio continuaban ayer trabajando y viviendo en el inmueble, uno de los más sucios y abandonados del entorno, convertido a su vez en uno de los símbolos del despotismo del régimen de Damasco sobre la población libanesa.
En las carreteras
Otro importante contingente de tropas sirias se encontraba también apostado más al sur, al pie de una de las carreteras más importantes del país, la que lleva a Saida y a Tiro, o en las primeras estribaciones del Chuf, desde donde se pueden vigilar las pistas del aereopuerto. Asimismo, había aún tropas en los mismos accesos del aereopuerto, en la Universidad Americana y en los alrededores de los campos de refugiados de Sabra y Chatila, donde se concentran unos 25.000 palestinos.
'Aún es pronto para valorar lo que está pasando', se afirmaba ayer en los círculos próximos al patriarca maronita Nasrallah Sfeir, uno de los líderes políticos que han hablado con más dureza contra la presencia de las tropas sirias en Líbano en los últimos tiempos. Walid Jumblatt, un antiguo aliado de Damasco, convertido en los últimos tiempos en uno de los portavoces más vociferantes con respecto a la presencia de esta fuerza militar, trataba ayer de mostrarse pragmático y realista: 'Esto es sólo un principio, un primer paso. Ayudará a estabilizar las relaciones entre Siria y Líbano y saneará la atmósfera'.
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