El fiscal sospecha que las comisiones por la venta de Ertoil fueron a políticos

Los 65 folios del informe del fiscal Vargas detallan la operación de venta de Ertoil por Ercros, en la que el hoy ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, participó supuestamente desde un principio: 'En función de sus cargos, hubo de intervenir en los aspectos estratégicos de la operación cuyas consecuencias para Ercros eran evidentes. Como miembro de la comisión ejecutiva, estuvo informado en todo momento de las circunstancias de la intermediación de GMH y hubo de conocer y consentir el pago de las comisiones'. En el consejo de administración de Ercros de junio de 1989, Piqué defendió la necesidad de escindir la división de petróleos, la de mayor capacidad económica, y atribuirla a una sociedad nueva: Ertoil, propiedad al 100% a Ercros.

En el momento de la escisión, a Ertoil se le adjudicaron activos de 27.438.256.097 millones de pesetas, alcanzando rápidamente un valor superior en el mercado, según el fiscal.

La guerra del Golfo empeoró la situación económica de Ercros, que sufrió fuertes pérdidas, viéndose obligada a cerrar varias fábricas. Desapareció frente a los acreedores la garantía moral que suponía la presencia del Grupo Torras-Kio. Por contra, Ertoil gozaba de un periodo de bonanza y se convirtió en el principal activo del grupo.

En diciembre de 1990, las negociaciones que llevan Javier Vega Seoane y Javier de la Rosa para la venta de Ertoil se centran en la empresa estatal francesa Elf Aquitaine. Por parte de ésta negocian su presidente, Loïk Le Floch-Prigent, y el número dos de Elf, Alfred Sirven.

Elf tenía una estrategia conjunta para el sector del petróleo con la española Cepsa, según un protocolo suscrito en junio de 1990, que se extendía a la compra de Ertoil. Pero Elf, como sociedad estatal, necesitaba autorizaciones comunitarias y Cepsa podría tener incompatibilidades derivadas de normas reguladoras de la competencia. Para sortear esos obstáculos, De la Rosa y directivos de Elf concertaron la compra de Ertoil a través de la sociedad instrumental luxemburguesa GMH. Pretendían, con la colaboración de esta sociedad, beneficiarse de parte del precio en forma de comisiones, que se repartirían y que no llegarían a Ercros, según el fiscal.

Las negociaciones finales se desarrollaron con gran celeridad entre el 4 y el 8 de enero de 1981, apareciendo los representantes de GMH en el último momento. El día 8 por la noche, en el despacho del abogado Juan José Folchi se llegó al acuerdo. Entre todos los presentes quedó claro que quien compraba era Elf, siendo GMH un mero instrumento. 'Al parecer, De la Rosa y Vega comunicaron la circunstancia de la interposición de GMH al ministro de Industria, Claudio Aranzadi, quien dio verbalmente la autorización a la venta de Ertoil en estas condiciones, autorización que, de haberse producido, sería ilegal', dice Vargas.

El precio recibido por Ercros de GMH ascendió a 41.400 millones de pesetas. Pero tras complejas operaciones de ingeniería financiera, de un primer pago de 36.500 millones existen indicios de que 18.300 'se distrajeron en beneficio de Javier de la Rosa, de otros gestores del grupo Torras o de terceros sin título alguno y de modo irregular'. Además, Ercros dejó de percibir 9.770 millones 'que se quedaron en el camino', en beneficio de De la Rosa y de la propia sociedad interpuesta.

El precio real y efectivo de la venta de Ertoil pagado por los auténticos compradores, Cepsa y Elf, 'que actuaban de acuerdo', fue al menos de 51.370 millones de pesetas. En esa diferencia con los 41.400 pagados a Ercros se encuentran los 9.970 millones que 'quedaron por el camino' repartidos entre De la Rosa y GMH. Además, la venta de Ertoil a una sociedad extranjera interpuesta eludiendo la transmisión directa a Cepsa supuso que no se generaran en España plusvalías de elevadísimo importe, en perjuicio de Hacienda.