'Deje el cargo, no lo complique más'
El director de un instituto denuncia que Educación usó a la inspección para forzar su marcha
'Olvídate de esto y dedícate a la vida fácil', le espetó el inspector de Educación al director de un instituto público que acababa de ser inaugurado en una población de 7.005 habitantes, en La Vall d'Albaida. La recomendación no respondía a ningún bienintencionado guión de película. Es parte de la pesadilla que, desde hace justo un año, vive el catedrático Bartolomé Sanz Albiñana, 'obligado' a firmar su propio cese involuntario después de sufrir el 'silencio de la Administración' y una serie de 'presiones' por parte de dos inspectores asignados al caso, uno de los cuales admitió haber recibido 'órdenes de más arriba' para precipitar su dimisión de un cargo directivo para el que había sido nombrado en comisión de servicios por tres años.
'Hubiera preferido que lo entendieras desde el principio', le reprochó amablemente un segundo inspector en una conversación posterior donde le comunicó que no sería renovado en el cargo. Y le sugirió, con la sinceridad de quien ha admitido que tampoco entiende nada: 'No lo compliques más'.
Desde el 1 de junio del año pasado, el director cesado ha iniciado un via crucis administrativo para que la Administración educativa del PP explique 'las razones'. No hay ninguna hasta la fecha, pese la intensa correspondencia de cartas y documentos (incluida la trascripción de una grabación magnetofónica de las conversaciones con la inspección) remitida por Sanz, con su correspondiente registro de entrada, al consejero Manuel Tarancón, al entonces director general de Personal, José Cano, y a la Directora Territorial, Nieves García. 'Ni un fax, ni un correo ordinario o certificado, ni un acuse de recibo, y si ha habido alguna respuesta, cada quien contesta lo que le place', señala Sanz.
'Estamos en un estado de indefensión y de falacia', escribe Sanz el 11 de mayo en una carta dirigida al abogado del STEPV, Pepe Crespo, en la que asegura: 'Cada vez creo menos que esto sea un Estado de Derecho. Será un Estado de Derecho para los que gobiernan'. 'También deberiáis saber', prosigue, 'qué hacen determinados inspectores: recibir dictados políticos. ¿Es ésta la rigurosidad técnica que se le supone a la inspección?'.
Bartolomé Sanz recuerda que fue a partir de los primeros días de junio, cuando vió clara su persecución. 'Comencé a grabar las conversaciones con el inspector haciendo patente mi disconformidad y pidiendo explicaciones frente a la decisión de cesarme'. Finalmente, 'en un arranque, el inspector reconoció que las órdenes a la directora territorial procedían de más arriba'.
'Desde ese momento no he parado de luchar para que se aclaren estos hechos. La Administración educativa no ha dicho en ningún momento 'esta boca es mía' y sólo se remite al escrito firmado por mí donde, después de las presiones a las que se me ha sometido, acepto firmar mi solicitud de renuncia'.
Durante el curso en el que fue director, además de poner en marcha un centro de nueva creación, Sanz fomentó 'la animación pedagógica y proyectos que iban más allá de la simple actividad escolar: un seminario de formación de profesorado; un intercambio escolar con un centro alemán, dentro del programa Lingua; un proyecto con otros cuatro centros de la UE dentro del programa Comenius, titulado Tolerancia, respeto a la diferencia; y los Premios IES L'Olleria, patrocinados por empresas'. Todo ello está a punto de publicarse en la primera Memoria anual del centro. 'Pese a todo este trabajo, a mí nadie en la consejería me ha examinado sobre mi trabajo'.
Ha recibido el apoyo de la APA del centro y del Consejo Escolar. Sólo el STEPV, el portavoz del PSPV en las Cortes, Baltasar Vives, y el fallecido Síndic de Greuges, Luis Fernando Saura, prestaron atención a sus quejas. En su última carta al sustituto de Saura, Sanz le pregunta: '¿Cree usted que yo insistiría tanto si no tuviera razón? Soy víctima de una injusticia política, tal vez, porque yo milito en otro partido'.
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