El joven herido de bala por la policía sueca, en estado crítico

El joven de 20 años herido de bala por la policía sueca el pasado fin de semana en Gotemburgo libra en un hospital la que puede ser su última batalla. El joven manifestante, no identificado por las autoridades, ha sido operado en varias ocasiones de graves lesiones en la caja torácica y el abdomen. Aunque el estado del herido sigue siendo crítico, un informe médico difundido ayer indicó que su situación era estable dentro de la gravedad.

La habitual discreción de los médicos suecos se ha acentuado en esta ocasión debido a las consecuencias políticas que puede tener la evolución del paciente. Los suecos conocieron lo ocurrido a través de la televisión, que ha emitido reiteradamente las imágenes de los violentos enfrentamientos protagonizados por un grupo minoritario de manifestantes y la policía durante la cumbre europea. Si bien la mayoría de los medios de comunicación han condenado las acciones de los manifestantes, tampoco han ahorrado críticas a la policía. Aunque el Parlamento sueco se encuentra de vacaciones, los sucesos serán seguramente motivo de un intenso debate político una vez que la conmoción por las imágenes dé paso a un análisis más pausado.

El jefe de la policía de Gotemburgo y responsable del orden durante la cumbre, Hakan Jaldun, defendió la actuación de su agentes, especialmente una muy cuestionada que tuvo lugar el sábado por la noche, con posterioridad a los sucesos más graves, en la que 500 policías armados cercaron a unos 800 manifestantes pacíficos, incluidos paseantes que no participaban en la protesta. También justificó la entrada en una escuela, donde buscaban a un presunto agitador alemán. La policía, que ha acusado el golpe de las críticas formuladas por los corresponsales extranjeros acreditados en la cumbre, rechaza haber perdido el control de la situación, aunque admite que pudo haber cierta ingenuidad por su parte.