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OPINIÓN DEL LECTOR
Columna
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La ceguera de Gaesco

El sector de la construcción en España, desde hace unos años, viene siendo punta de lanza en la actividad productiva dada la alta tasa de edificación que existe.

En los últimos días, el Ministerio de Fomento ha dado los datos del precio de la vivienda en el primer trimestre del año 2001, situándose el precio del metro cuadrado en Andalucía en 121.500 pesetas, lo que significa una subida con respecto al año anterior del 16,10%, ya en el año 2000 la vivienda se encareció en nuestra comunidad por encima del 13% con respecto al año 1999.

Según el informe del Consejo Superior del Colegio de Arquitectos de España, la construcción de vivienda, entre julio de 1999 y junio de 2000, tuvo un avance en Andalucía del 15,01%, frente al 5,1% de crecimiento de la media española.

De las 148.886 nuevas viviendas creadas en Andalucía, 133.268 fueron libres de Protección Oficial (sector que creció en la construcción un 19,80%) mientras que las viviendas de Protección Oficial fueron 15.600, lo que ha supuesto un 13,80% menos que en el periodo anterior.

En la obra civil, aunque la actividad ha bajado en los últimos años, los cuantiosos beneficios empresariales siguen existiendo. La práctica del 'reformado' del proyecto es moneda de curso habitual en este sector. Como ejemplo, en nuestra provincia tenemos la construcción del Estadio Olímpico, donde su coste final se ha triplicado con respecto al presupuesto inicial.

Frente a esta situación de bonanza económica de promotores y constructores, nos encontramos con un sector que supera el 70% de temporalidad, con una subcontratación en cadena promovida y aceptada por las constructoras. Un sector a la cabeza de la siniestralidad laboral en Andalucía y en Sevilla, donde los empresarios manifiestan conocer sus obligación en materia de seguridad y salud, no más allá del 10%. Donde los costes salariales, en los dos últimos años, han supuesto una subida del 4,45% en 2000 y del 2,40% más la desviación del IPC que se pueda producir para 2001.

A pesar de todo, los empresarios y la patronal Gaesco, quienes han implantado en el sector de la construcción la ley de la selva a través del destajo puro y duro y que les está suponiendo un gran aumento en la productividad, siguen negándole a los trabajadores, y especialmente a los gruístas y maquinistas de Sevilla, un plus por ese aumento de la productividad que venga a compensar el esfuerzo al que están sometidos diariamente en las obras y que en otras provincias la patronal lo ha aceptado. ¡Hasta donde llega la ceguera de Gaesco!

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