La industria fracasa en su intento de bajar el precio de la leche en origen

La industria de la leche ha fracasado en las últimas semanas en su intento para bajar los precios de la leche en el campo tras las subidas que se han producido en los meses de invierno. La falta de oferta suficiente para provocar excedentes ha dado lugar a una guerra entre los propios industriales para asegurarse el aprovisionamiento en España. Ello ha supuesto el mantenimiento de los precios altos para la materia prima en un abanico entre las 50 y las 55 pesetas litro en origen. Según los responsables de la Federación de Productores Lácteos (Feplac), para el próximo otoño los precios de la leche en origen podrían seguir la actual escalada y llegar a las 60 pesetas litro ante el recorte en la oferta provocado, entre otras razones, por la enfermedad de las vacas locas y el consiguiente recorte de la cabaña en toda la Unión Europea.

Tradicionalmente, los precios de la leche experimentaban una cierta caída en los meses de primavera y verano por el recorte en la producción para volver a remontar en otoño. La situación ha cambiado en los últimos tiempos. Los meses de otoño e invierno han sido escenario de fuertes subidas hasta llegar en algunos casos a las 55 pesetas litro en el campo. Las industrias han intentado un recorte de dos o tres pesetas litro desde el pasado mes de mayo sin ningun resultado positivo.

Para los productores, este fracaso de la industria se debe a que no sobra leche, tanto en España como en el resto de los países comunitarios. En el caso concreto de España, se ha reducido la oferta de leche ante la existencia de mayores controles desde las diferentes Administraciones y muy especialmente desde el Ministerio de Agricultura sobre la oferta de leche negra o sin cuota.

En el conjunto de la Unión Europea se ha reducido el número de explotaciones y, sobre todo, consecuencia de la enfermedad de las vacas locas, se han producido recortes en el censo. Los ganaderos están eliminando parte de la cabaña de más edad y han aumentado las dificultades para encontrar animales de reposición en España y en otros países comunitarios. Consecuencia de todo ello, las empresas lácteas han revivido situaciones del pasado y se hallan embarcadas en una pugna por mantener sus niveles de aprovisionamiento a los precios actuales.