Berlusconi incluye a Bossi y a Fini en el Gobierno italiano
'Il Cavalieri' cierra hoy su equipo de coalición
Entre los miembros del futuro Gobierno figuran sus principales aliados, Umberto Bossi, líder de la Liga Norte, federación que se adjudicará tres carteras, Reformas, Justicia y Welfare (la pasión por el inglés hace estragos en la vida pública italiana), y Gianfranco Fini, del posfascista Alianza Nacional, que será el vicepresidente y podrá contar con cuatro ministerios. El resto de carteras serán para Forza Italia, el partido de Berlusconi, y un reducido grupo de independientes.
Impecablemente vestido con su tradicional traje cruzado, esta vez de color gris, Silvio Berlusconi atravesó en coche a las siete de la tarde de ayer la entrada del palacio del Quirinal, residencia oficial de Ciampi, para cumplir los últimos trámites protocolarios antes de tomar las riendas del nuevo Gobierno italiano. Un Ejecutivo sopesado hasta el límite no sólo por Il Cavaliere y sus consultores, aliados y socios, sino por el establishment italiano, que ha cerrado el paso a los ministrables menos presentables y ha presionado para colocar a hombres de confianza.
La discreta intervención del presidente honorario del Grupo Fiat, Giovanni Agnelli, ha asegurado a Renato Ruggiero, antiguo presidente de la Organización Mundial del Comercio, la cartera de Exteriores. Mientras, el ministro de Defensa, Antonio Martino, de Forza Italia, es un hombre bien visto por la diplomacia estadounidense.
La colocación de los hombres claves de la ex secesionista Liga Norte ha sido el aspecto más difícil de la ya de por sí compleja confección de la lista de ministros. Al final, Umberto Bossi, que será ministro encargado de las reformas y del federalismo, ha conseguido otras dos carteras, la de Justicia, de la que se hará cargo Roberto Castelli, según todos los indicios, y no el número dos de la Liga, Roberto Maroni, y la de Welfare, tras perder la presidencia de la Cámara de Diputados. El número de ministerios, reducido teóricamente a 12 carteras tras la reforma introducida por el anterior Ejecutivo, ha sido un inconveniente más.
Aunque, a juzgar por las últimas quinielas adelantadas ayer por la prensa italiana, el número real de ministros podría llegar a 25, incluyendo los ministros sin cartera y los denominados ministros delegados, apartado que incluye carteras esenciales como la Sanidad, Obras Públicas, Comercio y Trabajo. La reforma parece condenada a esfumarse, como anteriores intentos de adelgazar la Administración pública. A todo lo que se ha llegado es a un curioso transformismo lingüístico. Se suprimió el Ministerio de Agricultura, pero se instauró el departamento de Políticas Agrícolas.
Nada de esto ha alterado algunas fichas. Por ejemplo, el nuevo ministro de Economía será Giulio Tremonti, abogado de Forza Italia experto en temas fiscales, que se hizo cargo del mismo departamento en el primer Gobierno de Berlusconi en 1994. Otro cargo decidido hace tiempo es el de Antonio Marzano, de Forza Italia, ministro de las Actividades Productivas. Alianza Nacional dispondrá de dos ministerios de peso, el de Medio Ambiente y el de Agricultura.
El Ministerio del Interior seguía ayer en el aire, disputado por dos pesos pesados de Forza Italia, Alberto Scajola y Beppe Pisanu, una elección que condiciona el destino de los ministerios de Infraestructuras y de Educación, aunque este último le corresponderá probablemente a Enrico La Loggia, portavoz del grupo en el Senado. Tres hombres de Alianza Nacional, Adolfo Urso, Maurizio Gasparri y Mario Baldassarri, serán ministros delegados de Comercio, Comunicación y Presupuestos.
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