El EBB no logra el apoyo del PNV de Amorebieta a la planta energética

Ni la Diputación ni la dirección del PNV de Vizcaya ni el propio Arzalluz han logrado convencer a los peneuvistas de Amorebieta para que apoyen la central energética de ciclo combinado promovida por la empresa pública irlandesa ESB en el polígono de Boroa. La junta local votó el miércoles contra el proyecto, que está pendiente de los últimos permisos y supone una inversión de 65.000 millones de pesetas, después de escuchar a los máximos dirigentes peneuvistas, que defendieron la construcción de la planta tanto por motivos estratrégicos como por su respeto al medio ambiente.

La postura del PNV de Amorebieta, que gobierna en minoría en el Ayuntamiento, añade otro obstáculo más a un proyecto, que es rechazado por el resto de grupos municipales (PSE, EH, EA e IU) y la mayoría de los vecinos. El consistorio es, además, la institución que debe conceder los permisos de actividad y obra, cuya solicitud pretende presentar la empresa ESB presentar a finales de año.

La decisión de la junta local peneuvista no obliga al grupo del PNV en el Ayuntamiento a cumplirla, según aseguraron ayer fuentes nacionalistas, aunque matizaron que tampoco sería 'lógico' hacer caso omiso. El debate decisorio en el consistorio no se producirá en los próximos meses por la decisión de ESB de esperar a tramitar los últimos permisos. La postura contraria de la asamblea municipal del PNV añade, en cualquier caso, una nueva dificultad a la planta de ciclo combinado de ESB, que es el tercer gran proyecto energético contemplado a corto plazo en Vizcaya y lleva ya tres años de gestación.

El fuerte rechazo local a la central energética -la última manifestación en contra de la planta congregó a más de la mitad de la población de Amorebieta, una localidad de unos 16.000 habitantes- contrasta con el declarado apoyo institucional. La Diputación vizcaína ha calificado el proyecto de 'bueno, necesario y conveniente'.

Como prueba de la importancia que el PNV da a esta infraestructura, a la asamblea de la junta municipal de Amorebieta acudió la plana mayor del PNV: el presidente del EBB, Xabier Arzalluz, el presidente de la ejecutiva de Vizcaya, Íñigo Urkullu y el diputado foral de Presidencia, José Luis Bilbao. Arzalluz y Urkullu defendieron con vehemencia la construcción de la central por tratarse de un proyecto estratégico y por el mínimo impacto medioambiental que provocará, según medios nacionalistas consultados. En el encuentro, también se comentó que si se rechaza su ubicación en Amorebieta este plan industrial se perderá para el País Vasco, puesto que los trámites administrativos deberían iniciarse de nuevo y frustrarían la iniciativa. Ahora hay medio centenar de planes de centrales de ciclo combinado en España y los directivos de ESB ya han asegurado que la puesta en funcionamiento de la planta no puede demorarse más allá de 2005. La Diputación vizcaína tiene firmado con ESB, desde abril de 1998, una opción de compra de los terrenos del polígono industrial de Boroa.

Un portavoz de ESB calificó de 'irresponsable, estrambótica y extemporánea' la decisión del PNV de Amorebieta, al que censuró por 'tomar una postura sólo con información de una de las partes'. La empresa irlandesa ha emprendido una campaña informativa para lograr la opinión favorable de los vecinos y anunció la semana pasada que no avanzará en los trámites de la planta hasta cambiar el fuerte rechazo social. Ahora la promotora no condiciona el inicio de las obras al apoyo ciudadano al proyecto. 'Con esa decisión, nos liberamos de cualquier tipo de compromiso, aunque vamos a seguir informando'. ESB se remite a que los trámites del proyecto siguen 'el proceso reglado' -es decir, si no hay motivos técnicos o medioambientales no se puede rechazar- y se muestra convencida de que la planta se construirá.