Blair logra una rotunda victoria en las elecciones británicas
Los laboristas obtienen el mayor éxito de su historia con una alta abstención
Todas las proyecciones de voto otorgaban esta madrugada una amplísima victoria a Tony Blair en las elecciones generales británicas, con una aplastante mayoría prácticamente igual que la actual, pese a que la participación cayó más de 10 puntos. El líder conservador británico, William Hague, que llegó a plantear las elecciones como un referéndum anticipado sobre el euro, apenas habría mejorado o incluso puede haber empeorado los pésimos resultados de 1997, lo que abocaría a los tories a una crisis de liderazgo y reforzaría a la corriente más proeuropea del partido.
"Podemos estar orgullosos de lo que hemos hecho, pero ser muy humildes por lo que nos queda por hacer", declaró Tony Blair a la 1.30 de la madrugada -las 2.30 en la España peninsular- cuando al ser proclamado ganador en su circunscripción, dio por sentado el triunfo laborista en el conjunto del país. "El país de hoy es un país mejor que en 1997 pero será un país mejor dentro de otros cuatro años", puntualizó Blair.
A esas horas la BBC atribuía a los laboristas un 43% de los votos y 419 diputados, uno más que en la actualidad. Los liberales de Charles Kennedy, con el 20% de los votos, se atribuían 57 escaños, 11 más que ahora, logrando el mejor resultado de su historia. De confirmarse estos pronósticos, el Partido Conservador quedaría incluso por debajo de los pésimos resultados de 1997, con el 30% de los votos y 155 diputados, seis menos de los que obtuvo John Major cuando perdió el Gobierno.
Para el número dos laborista y responsable de Finanzas, Gordon Brown, se trata de un histórico segundo mandato que respalda las reformas emprendidas por el nuevo laborismo. Los laboristas justificaron la caída de la participación, que apenas alcanzaba el 60%, porque los británicos "ya habían descontado el resultado". El liberal Charles Kennedy calificó de "fenomenal" cualquier mejora de su partido aunque pidió prudencia a sus seguidores ante la espectacular mejora de 12 diputados que se le atribuía.
Y es que hasta bien entrada la madrugada nadie puede cantar oficialmente victoria en el Reino Unido dada la tradicional lentitud del recuento. Pero, aunque los sondeos a pie de urna no siempre han acertado y en 1992 atribuyeron erróneamente la victoria a los laboristas, los de ayer no parecían abrir espacio para dudar de la victoria del laborista Blair, la subida liberal y el fracaso del conservador Hague.
El número dos conservador, Michael Portillo, pareció admitir la evidencia de la derrota a medianoche al pedir a Hague que siga encabezando el partido sea cual sea el resultado final. Portillo, favorito para suceder a Hague si hay una crisis de liderazgo, previno contra la tentación de "actuar de forma precipitada" en caso de descalabro electoral.
Hague, que el pasado martes corrió peligro de muerte cuando el helicóptero en el que viajaba junto a su esposa estuvo a punto de chocar contra otro aparato cuando ambos volaban a 750 metros de altura en una zona sin control desde tierra en Shrewsbury (Shropshire), corre ahora peligro de perecer políticamente.
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