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Entrevista:ESTRENOS | 'Son de mar'

Leonor Watling, el nacimiento de una estrella

La actriz estrena 'Son de mar', de Bigas Luna, y ensaya 'Hable con ella' con Pedro Almodóvar

Aurora Intxausti

Tiene una voz suave, melodiosa, y se ruboriza cuando alguien alaba su físico, pero dice que no le costó nada desnudarse ante el objetivo de la cámara. Leonor Watling (Madrid, 1975) interpreta en Son de mar, la última película del polémico realizador Bigas Luna, a una mujer nada pudorosa, que exhibe un estupendo cuerpo. La actriz no está nerviosa ni agobiada por el estreno de hoy ni por los ensayos que está realizando con Pedro Almodóvar para su próximo trabajo. Watling, de padre gaditano y madre inglesa, responde pausadamente y pensando bien antes de hablar 'para no decir tonterías'.

Todavía se extraña del interés que está despertando: 'Son muchos los días que me pregunto quién soy yo, y miro a mi alrededor y veo que entre mis amigos hay algunos que son mucho más interesantes. Una de mis mejores amigas es ingeniero aeronáutico y superguapa, estoy convencida de que ella podría tener cosas más importantes que decir que yo'. Es el nuevo descubrimiento del realizador Bigas Luna.

'Soy pudorosa, pero desnudarme ante la cámara me resultó más fácil de lo que creía'
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Interpretación emocionante

Sabe que éste es su año -ha rodado A mi madre le gustan las mujeres con Daniela Fejerman e Inés Paris, estrena Son de mar y prepara el rodaje de Hable con ella, de Pedro Almodóvar- y se muestra prudente ante las expectativas que se le presentan. 'Lo que me pasa es que en algunos minutos de mi vida soy consciente de lo que me está ocurriendo, sobre todo por las actividades que rodean todo eso'. Asegura que no le está resultando difícil compaginar su actividad laboral con la discreta vida que lleva una vez que se despide de las cámaras. 'Lo llevo con mucha alegría y muy bien. De repente, es tu vida y no se ve como algo antinatural. No puedo ser objetiva, no estoy sentada en casa pensando: '¡Fíjate qué bien: he terminado una película!'.

Le gusta interpretar y le ayuda a ello tener una buena preparación física. 'En el caso de Bigas, trataba de estar lo mejor que podía físicamente para que mi cuerpo no supusiera ningún tipo de problema a la hora de rodar. Intento tirar hacia lo más práctico porque lo demás ya viene después de ensayar y hablar con el director y con los actores que tengas'. Recuerda con añoranza los días que pasó durante los ensayos y el rodaje de Son de mar con Jordi Mollà y Eduard Fernández. 'Tuve una suerte impresionante, porque ambos son muy generosos y atentos. Mucho más como personas que como actores. Fueron muchas las conversaciones que tuvimos y las horas que pasamos viendo a Jordi y a Bigas pintando durante las tardes'.

Reconoce que cuando Luna le llamó le dio un poco de respeto. 'Desde fuera, Bigas implica muchas cosas, y lo único que me planteé fue si sería capaz de hacerlo bien. Mi máxima es: si voy a hacer algo, que esté bien, porque si no, mejor no lo hago. Había leído el libro, y el personaje de Martina es tremendo, no hay muchos así, que sean capaces de mantener esa fuerza. Cuando le conocí, pensé: 'Me apetece mucho estar cerca de este señor, porque es muy interesante y aprendes muchísimo de todo, al margen de rodar una película'.

Dice que desnudarse ante la cámara le resultó más fácil de lo que creía. 'Yo soy muy pudorosa y realmente es la primera vez que hacía secuencias de cama, pero desde el principio Bigas trató el tema con mucha naturalidad, con mucho sentido común, con mucho cuidado y respeto. Viendo el resultado, no digo que lo de menos sean las escenas de cama, pero alrededor de ellas están pasando muchísimas cosas, aparte del hecho físico de estar desnuda, que a los diez segundos de encontrarte en esa situación ya pasó el pudor, sobre todo porque tiene sentido que estés sin ropa'. Y añade que le dan mucha más vergüenza algunas escenas en las que está en bañador sin más en una tumbona.'Es más el mito que la realidad y eso que yo jamás había hecho top less'.

Habla de la ingenuidad inicial de su personaje y del amor que siente por Ulises (Jordi Mollà). 'Llegué a la conclusión de que ella no se enteraba de nada de lo que él le estaba diciendo. Las referencias literarias las entiende como palabras y la hipnotiza de alguna manera, la embruja'.

Walting se inició en el cine con Jardines colgantes (1993) y tuvo gran repercusión su actuación en televisión, en la serie Raquel busca sitio. No rechaza ese medio porque, según dice, 'es una cuestión de oportunidades vitales, es lo que viene y tienes que aprovecharlo. En mi caso, he tenido suerte, he aprendido mucho en televisión y ha sido una buena experiencia. La televisión es un lienzo, y depende de lo que tú pintes en él '.

Se define como una mujer práctica. 'Sobre todo depende del momento de tu vida y de lo que te apetezca. Es verdad que la televisión es muy agotadora. Es un bebé, y el cine es como un niño de dos años que te puede enseñar cosas. De la televisión acabas agotada, y del cine, cansada, pero el resultado es muy diferente; sin embargo, es una escuela muy buena'. Añade que ese medio tiene muy poco que ver con el cine, pero 'un actor no tiene tanto para elegir, quizá haya algún momento en el que pueda hacerlo, pero en general es bastante difícil. Eliges entre dos cosas, no entre una cosa y la nada'.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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