El Gobierno vasco atribuye a ETA el último ataque callejero

Los comandos Y de violencia callejera, creados a principios de los años 90 por José Luis Álvarez Santacristina, entonces miembro del colectivo Artapalo -la troika dirigente de ETA desarticulada en marzo de 1992 en Bidart- no sólo se han convertido en el vivero natural de los actuales comandos de ETA. Buena parte de sus integrantes, tras las operaciones policiales durante la tregua terrorista y las posteriores, han alcanzado puestos de responsabilidad en la nueva dirección de ETA. Y los que antaño se dedicaban a lanzar cohetes pirotécnicos y cócteles mólotov han integrado este tipo de 'lucha' como una 'elemento más' dentro de la actividad terrorista de ETA.

Dentro de esta apreciación a que han llegado los especialistas en la lucha antiterrorista, los comandos Y de apoyo a ETA han dejado de ser un mero apéndice de la banda para pasar a estar integrados dentro de la estrategia directa de la rejuvenecida dirección de la banda. 'La kale borroka está en manos de ETA. La organización manda, ordena, selecciona y dirige este tipo de actos de sabotaje y destrucción hasta integrarlas como un elemento más de su actividad', aseguran las fuentes consultadas.

Precisamente a este mismo análisis obedecen las declaraciones de ayer del portavoz en funciones del Gobierno vasco, Josu Jon Imaz, quien aseguró que 'en estos momentos y con los datos disponibles, el Departamento de Interior cree y entiende que este tipo de ataques están directamente implicados en las estructuras de ETA'.

Con todo, las constataciones del portavoz del Gabinete de Juan José Ibarretxe supieron a poco a los partidos de la oposición. Sobre todo después de los graves incidentes de la madrugada del domingo en Bergara, en los que decenas de encapuchados con tácticas de guerrilla urbana se enfrentaron a la Ertzaintza, mientras otras decenas se dedicaban a destrozar tiendas y oficinas bancarias por el centro de la localidad. Y, sobre todo, ante la falta de detenciones en unos incidentes que duraron casi dos horas.

Por eso han solicitado la comparecencia en la Cámara de Vitoria del consejero de Interior, Javier Balza. Para el portavoz del PP vasco para temas de Interior, Carlos Urquijo, 'no es admisible que cuando la policía llega a tiempo no sea capaz de detener a una sola persona entre cerca de 50'. A estas alturas 'los ciudadanos exigen ya algo más que declaraciones de intenciones', dijo. El socialista Víctor García exigió también resultados y que el Gobierno vasco dé seguridad a 'una opinión pública que está esperando hechos y no sólo palabras', mientras el líder de UA, Pablo Mosquera, pedía a Balza que reconozca la 'enorme ineficacia' de la Ertzaintza.

En Madrid, el ministro del Interior, Mariano Rajoy, aseveró que 'sería lamentable que el Gobierno vasco se hubiese dado cuenta ahora de que ETA y la kale borroka son la misma cosa'. 'Yo lo tengo claro desde hace mucho tiempo', ironizó, y añadió que 'no es normal' que grupos de personas 'perfectamente organizadas' puedan cometer esos delitos 'y no haya ni un solo detenido'.

Aun así, Rajoy no quiso valorar la actuación de la policía vasca. Si no hubo detenciones fue porque 'la Ertzaintza no ha podido [realizarlas], porque otra cosa no sé qué puede ser'. Eso sí, concluyó que 'el principal reto' de Ibarretxe debe ser acabar con ETA y todo lo que hay a su alrededor.