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CiU destinará el 1% del impuesto del tabaco a programas de prevención

La Generalitat no se plantea incrementar el precio de las cajetillas

La Generalitat ya ha decidido a qué destinará parte de la recaudación del impuesto que grava el consumo del tabaco, una vez que le sea transferido con el nuevo sistema de financiación autonómica. El Departamento de Sanidad dedicará el 1% del impuesto a campañas de prevención del tabaquismo y a financiar programas de deshabituación, como el iniciado este mes en tres comarcas catalanas. Aunque la Generalitat tendrá capacidad normativa sobre el impuesto, CiU no se ha planteado por el momento subir el precio de la cajetilla.

La iniciativa del Gobierno catalán ya fue propuesta el pasado año al Ministerio de Sanidad para poder extenderla a toda España, pero se encontró con el rechazo de su titular, Celia Villalobos. En aquella ocasión se habló de que Cataluña dispondría de unos 1.000 millones de pesetas para programas de prevención, puesto que la recaudación del fisco español por impuestos al tabaco era superior a los 700.000 millones de pesetas.

Pero ahora, con el nuevo modelo de financiación autonómica, que prevé el traspaso a la Generalitat de un porcentaje de los impuestos especiales con capacidad normativa, es decir, con potestad para incrementarlos o bajarlos, Sanidad se muestra dispuesta a llevar adelante esta iniciativa.

El año pasado el departamento que preside Eduard Rius destinó unos 200 millones de pesetas a campañas de salud pública y tabaco. Este año el presupuesto se reducirá a unos 100 millones, incluidos los 75 para subvencionar las terapias de las personas que dejen de fumar. Este programa piloto se ha puesto en marcha incialmente en las comarcas del Pla de l'Estany, Montsià y Urgell.

El Ministerio de Economía recaudó al año pasado a través de los impuestos que gravan el consumo de tabaco un total de 903.000 millones de pesetas, por lo que Sanidad dispondría ahora de más de 1.300 millones de pesetas para destinarlos a campañas antitabaco. El objetivo de Eduard Rius es que, una vez que sean traspasados los impuestos especiales, en 2002, el Gobierno catalán establezca un impuesto finalista del 1% destinado a la prevención del consumo del tabaco y la deshabituación. En principio, Sanidad prevé que este porcentaje salga del mismo impuesto y no se establezca ningún tipo de recargo, por lo que no repercutirá en el precio final de las cajetillas.

De cualquier forma, como la Generalitat tendrá capacidad normativa sobre los impuestos especiales si así lo acuerda el Consejo de Política Fiscal y Financiera, dispondrá de competencias para subir o bajar el precio del tabaco a partir de unos tipos mínimos y máximos.

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