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Repatriados otros cuatro menores magrebíes más del centro de integración de Fuerteventura

El martes pasado, víspera del Día de Canarias, seis policías se presentaron en el centro de menores de La Montañeta, en Las Palmas, detuvieron a cuatro internos e iniciaron su repatriación a Marruecos. La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), que gestiona la institución, ha alertado sobre una inminente fuga masiva de la treintena de menores allí alojados. Se da la circunstancia de que tres de los detenidos tenían buenas calificaciones en su proceso de integración, y a dos sólo les faltaban unos meses para la mayoría de edad.

Los agentes se presentaron en La Montañeta a las 13.15, vestidos de paisano y en coches camuflados para no alertar a los muchachos. Llevaban la documentación preceptiva: una orden de repatriación de la Delegación del Gobierno y los permisos de la Fiscalía de Menores y de la Delegación del Menor, dependiente del Ejecutivo autónomo. También portaban fotografías de los cuatro chicos. En cuanto los que estaban en la puerta del centro haciendo cola para el almuerzo los detectaron, se produjo la desbandada.

En primar lugar detuvieron al más conflictivo de los chicos, Lafdag Alia. Desde su ingreso, la dirección había cursado numerosos informes alertando sobre sus problemas con las drogas (disolventes, alcohol y hachís) y su carácter violento. Después los agentes llamaron al cuarto de Issam Karam, que fue detenido en cuanto abrió la puerta. Según CEAR, este adolescente había sido trasladado a La Montañeta desde el centro de Fuerteventura por su alto grado de integración, le faltaban sólo cuatro meses para ser mayor de edad y había comenzado a tramitar su permiso de residencia. 'Estaba muy ilusionado con la idea de quedarse a trabajar en España', declara un educador. Aún convalecía de las secuelas de un ataque racista. El fin de semana pasado, mientras esperaba el autobús, cuatro encapuchados le golpearon con bates de béisbol.

También fue apresado en su habitación Hicham Yadiri, al que le faltaban 16 semanas para cumplir 18 años y se disponía a iniciar los trámites de regularización. Alarmado por el bullicio, el cuarto de los detenidos, Almahdi Lafkir, trepó al tejado, donde fue atrapado por los policías. CEAR afirma que había cursado informes en los que subrayaba su alto grado de integración. 'Estábamos barajando su traslado a algún lugar donde pudiera convivir con adolescentes canarios', dice una de las educadoras.

'Los introdujeron por la fuerza en los furgones', explica Delia Blanco, presidenta de CEAR. 'En ese momento Hichanm Yadiri echó a correr. Un agente lo persiguió por los barrancos de los alrededores hasta capturarlo. Después uno de los policías gritó: '¿Alguien más quiere salir corriendo para que lo coja?', afirma.

Una educadora relata que, cuando se llevaron a sus compañeros, varios menores manifestaron que habían llegado a Canarias alentados por sus familias y que sus padres les avisaban por teléfono cuando la policía marroquí iba a sus casas para identificarlos. También dijeron que muchos de los que han sido repatriados no viven con sus familias. Esto es confirmado por Blanco: 'Están en contacto con el centro y nos han contado que viven en la calle, lo que va contra todos los tratados internacionales e incluso contra la propia Ley de Extranjería, porque las devoluciones sólo pueden hacerse una vez localizados los familiares y comprobado que el entorno es bueno, algo que claramente no se da en estos casos'.

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CEAR denuncia también la incertidumbre en la que se desarrolla el trabajo de los educadores: 'No sabemos cuándo y a por quién vendrá la policía. Y además tenemos que controlar la situación de ansiedad y agresividad que provocan estas visitas'. Según Blanco, 'tras la detención, muchos chicos, sobre todo los más integrados, preguntaban para qué sirve no meterse en líos, no responder a las provocaciones racistas, estudiar y hacer las cosas bien si luego los van a echar igual'. La dirección del centro ya ha advertido de que muchos de ellos han comenzado a hacer sus maletas para fugarse antes de que la policía llegue a buscarlos.

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