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Cánones literarios para los 'sin libros'

Los editores de un tomo que reúne las lecturas favoritas de 25 autores donarán a El Salvador los títulos recomendados

El pequeño tomo naranja se titula La biblioteca de los autores. Pero sus editores (la ONG Libros para el Mundo y la agitadora webería clubcultura.com de la Fnac) lo llaman Una biblioteca salvadora. Sólo mide un palmo de alto y medio de ancho, pero el volumen es generoso en su ambición solidaria: todos los libros recomendados por los 25 autores del microlibro se enviarán a El Salvador, para que uno de los dos bibliobuses que hay allí repare su carencia de fondos y ayude a desarrollar la cultura en ese país asolado por los terremotos y la miseria que cuenta con 14 bibliotecas públicas.

Lo bueno es que el tomito es un placer de talentos bibliófilos. A lo largo de 125 páginas, 25 personajes de la literatura y el cine eligen sus libros y autores favoritos y ofrecen un panorama diverso, lleno de matices: terror y la poesía, detectives y acción, clásicos y vanguardias....

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En el libro juega una auténtica selección latinoamericana de autores y adictos que comienza con Pedro Almodóvar. Bajo el epígrafe Historias más o menos desgraciadas, el cineasta recomienda Desgracia (Mondadori), del surafricano J. M.Coetzee ('mi descubrimiento del año' y 'un libro triste donde los haya'), y la reedición de Paradero desconocido, de la 'visionaria' Kressman Taylor (RBA), una 'novela mítica', escrita en 1938, de sólo 77 páginas, 'que fue prohibida por Hitler'.

Para acabar con algo más alegre, Almodóvar se inclina por dos novelas de Roddy Doyle, un autor 'divertido' que también es favorito de Stephen Frears: La mujer que se daba con las puertas y Una estrella llamada Henry (ambos en Alfaguara).

Bernardo Atxaga da un toque magrebí a su elección: elogia mucho las autobiografías de Mohamed Chukri, El Pan desnudo (Debate), y Abdelmayid Benyellún, titulada De la niñez y publicada por Ediciones del Oriente y el Mediterráneo. Luego, regresa. A Barcelona, con Dios, entre otros inconvenientes, de Rubert de Ventós (Anagrama). Sin salir de la A, Félix de Azúa no teoriza casi nada: Perdonen las molestias, de Savater (Aguilar); Filosofía para el fin de los tiempos, de Félix Duque (Akal), y, entre otra terna filosófico-política, El dios que baila, de Massimo Cacciari (Paidós).

Tenemos también un premio Cervantes, Guillermo Cabrera Infante, y curiosamente no clama por experimentos en su lista, titulada Mínima lista máxima. El satiricón, Madame Bovary y Bouvard y Pécuvhet, La Celestina, El Decamerón, El Buscón, El Quijote, Ana Karenina, Bel Ami de Maupassant, varios de Kypling y Conrad, Faulkner, Hemingway, Scott Fitzgerald y Erskine Caldwell; Proust y Camus, sus paisanos Carpentier y Lezama Lima, las españolas Pascual Duarte, Antagonía, Señas de identidad, El Jarama y sus 'dos maestros': Mark Twain y Borges.

Entre los que eligen, hay todo tipo de tipos: Espido Freire, Luis Magrinyà, Benjamín Prado, Mariano Antolín Rato, Ángeles Caso, Javier Fernández de Castro, Ignacio Martínez de Pisón, Álvaro Mutis, Lorenzo Silva, Fernando Marías, Francisco J. Satué, Gonzalo Suárez...

También el pacífico Juan Marsé, que viaja a la adolescencia y reivindica las aventuras, la acción, y a Don Pío Baroja...: La Isla del tesoro, de Stevenson; Memorias de un hombre de acción y Desde la última vuelta del camino; Guerra y Paz, de Tólstoi; Rojo y Negro de Stendhal, y Las palmeras salvajes, de Faulkner, 'su mejor novela junto a Absalón, Albsalón'.

Mientras, el pucelano Gustavo Martín Garzo opta por el cuento, a ser posible infantil y de final feliz. Selecciona Pulgarcito y Barba Azul, de Perrault, Los seis cisnes, de los dos hermanos Grimm, y La sirenita y La princesita y el guisante, de Andersen. Pero lo mejor es cómo lo explica.

Resulta, por contraste, divertido, ver cómo Soledad Puértolas se decanta plenamente por la novela negra. Lo mejor de Hammet (Cosecha roja), un grande de Chandler (El largo adiós), dos clásicos del siempre inquietante David Goodis (Al anochecer y No disparen contra el pianista), y dos féminas de armas tomar: Margaret Millar y Patricia Highsmith. El resto, descúbranlo haciéndose con el librito salvador: es gratis. O casi.

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