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Los navarros padecen la huelga del transporte sin servicios mínimos

El Gobierno foral estudia medidas ante el incumplimiento de los servicios mínimos

Los huelguistas -unos 500 profesionales de 40 empresas- siguen exigiendo subidas salariales lineales de 30.000 pesetas y la racionalización de sus jornadas de trabajo que, denuncian, superan las 12 horas diarias a disposición de las empresas.

En la asamblea informativa celebrada a media mañana de ayer en una desierta estación de autobuses de Pamplona, los chóferes desdeñaron las amenazas de sanción lanzadas por la patronal por no respetar los servicios mínimos establecidos por el Gobierno de Navarra y decidieron continuar el paro.

'Muchos de nosotros tenemos un salario base de apenas 137.000 pesetas y para poder ganar un sueldo digno debemos trabajar también muchos fines de semana. Si apenas descansamos uno o dos festivos al mes, ¿quién puede garantizar la seguridad de los transportes?', se preguntaban los huelguistas.

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'Conducimos demasiados días sin haber descansado lo establecido legalmente y en esas circunstancias, estamos luchando también por mejorar la seguridad de miles de personas, adultos y niños, a los que transportamos todos los días', señalaron.

Organización

Los ciudadanos afectados han reaccionado organizándose, aunque si el conflicto perdura, más de uno perderá la paciencia. En la ciudad se vieron muchos coches repletos de niños, demasiado repletos de criaturas en ocasiones, en soluciones de urgencia que vulneran las normas de seguridad del tráfico. Pero la urgencia se impuso al código de circulación.

Javier es un padre pamplonés que posee un monovolumen. Su hijo Iker estudia en la ikastola San Fermín, situada en las afueras de Pamplona. Ayer, el vehículo de Javier recogió a seis alumnos de este centro privado, en el que estudian más de 1.000 niños, y los trasladó personalmente hasta la ikastola. En su aparcamiento, las andereños ejercían de guardias de circulación para ordenar el inusual tráfico. Todos los autobuses secundaron la huelga. 'Yo tengo un empleo liberal y me he coordinado con otros padres de la misma zona de Pamplona para turnarnos esta semana y traer a los chavales', declaró Javier a este periódico, 'pero hay muchos padres que están teniendo graves problemas porque los dos trabajan y tienen turnos fijos. Si esto se prolonga el problema será muy serio'.

De hecho, ya lo es para miles de alumnos y trabajadores que residen en zonas rurales y dependen del transporte para acudir a estudiar o trabajar. Los alumnos de segundo de bachillerato están en su última semana de clase y tienen exámenes decisivos. Algunos no han podido acudir a sus institutos. Muchos están pernoctando en casas de familiares o de amigos para evitarse los desplazamientos. En las industrias, los empleados se turnan para acudir a trabajar juntos en vehículos particulares. 'Entendemos las reivindicaciones del sector', indicaban Gorka y José Antonio, tras aparcar su coche a la entrada de la factoría de Volkswagen, 'pero entre la subida de las gasolinas, los atascos que se forman y que la existencia del transporte laboral es muchas veces un logro de la negociación colectiva, lo cierto es que te da rabia tener que usar el coche particular existiendo un servicio de empresa', indicaban.

El Gobierno navarro ofreció ayer su mediación. José Manuel Ayesa, presidente de los empresarios navarros y portavoz de la patronal del transporte, calificó de 'inasumibles' las exigencias de los huelguistas.

La patronal ANET dispone de hasta cinco días desde el inicio del paro para aplicar medidas sancionadoras a sus empleados. Las centrales aseguran que ANET se ha negado sistemáticamente a negociar. 'Los servicios mínimos marcados por UPN desde el Gobierno son totalmente abusivos porque supondrían la actividad del 90% de las plantillas', indicaron los sindicatos, que rechazaron su cumplimiento.

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