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La cultura del aceite vista por un japonés

El escritor jiennense Juan Eslava Galán publica la guía novelada 'Las rutas del olivo en Andalucía'

Cuando el enloquecido Licenciado Vidriera de la novela de Miguel de Cervantes se quejaba, acudía a un paraje geográfico conocido por todos. '¿Soy yo, por ventura, el monte Testacho de Roma para que me tiréis tantos tiestos y tejas?', se preguntaba el pobre Tomás Rodaja, al que la poción mágica, administrada por una dama, le hizo creerse fabricado con el vidrio más delicado y frágil. Las exportaciones de aceite andaluz al imperio romano fueron tan enormes que las ánforas y vasijas que se rompían en los depósitos cercanos formaron el monte Testaccio (Mons Testaceus, el monte de los tiestos), que hoy en día está cubierto de vegetación.

Pasados 20 siglos, una gran parte del aceite de oliva de calidad que Italia comercia en el mundo procede de Andalucía. Multinacionales italianas y francesas compran a granel el preciado líquido. Y es que las historias del aceite y Andalucía van trenzadas de forma inextricable. Por ello, el escritor Juan Eslava Galán (Arjona, Jaén, 1948) acaba de sacar a la luz Las rutas del olivo en Andalucía. Coeditado por la Fundación José Manuel Lara y la Consejería de Agricultura y Pesca, el libro es un guía técnica y cultural que busca ser leída como una novela.

El libro tiene como protagonista a Masaru Saito, un ejecutivo japonés al que su empresa envía a Andalucía para redactar un informe sobre el olivo y el aceite. Masaru Saito debe abordar en su escrito todos los aspectos vinculados al aceite (historia, mitología, fabricación, gastronomía, salud, variedades...). 'He utilizado un recurso propio de un novelista. Quería comunicar al público todo lo que conlleva la cultura del aceite. Me he inventado un personaje de una cultura extraña que recorre Andalucía y al que le chocan muchas de las cosas con las que se encuentra. Es un japonés tímido que está platónicamente enamorado de una compañera de su empresa', señala Eslava Galán, ganador del Premio Planeta de 1987 con En busca del unicornio.

Experto conocedor de la gastronomía, su libro Tumbaollas y hambrientos, publicado en 1999, recorre la historia de España a través de su cocina. 'Masaru Saito se encuentra con el ambiente desenfadado de los aceituneros. Hay una gran cantidad de situaciones hilarantes', señala el escritor, que conoce muy bien el escenario del que habla. 'Toda mi familia es olivarera. He nacido y vivido en una fábrica de aceite hasta los 10 años', explica Eslava Galán.

El autor de En busca del unicornio recuerda cómo 'la primera vez que entraron [en Andalucía] elementos civilizadores, los fenicios, llamaron a Cádiz la tierra de los acebuches, que no eran más que ancestros salvajes del olivo'. 'El olivo es un árbol unido a la historia de Andalucía. Uno de los productos más importantes que aportó la Bética a Roma fue el aceite, sobre todo en los siglos II y III. Las ánforas de aceite procedentes del Guadalquivir formaron una de las colinas de Roma', agrega, en referencia al hecho que recogió siglos más tarde Cervantes en su novela.

La mitología y las religiones han buscado en el aceite una de sus columnas, desde 'la rama de olivo que simbolizaba a la diosa Atenea' hasta los santos óleos que usa la Iglesia en los sacramentos y otras ceremonias. Y la salud, 'la nueva religión de la modernidad', no es ajena a esto. 'El aceite previene las enfermedades del corazón', recalca el escritor jiennense.

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Juan Eslava Galán.
Juan Eslava Galán.ENCARNI MARÍN

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