Cohn-Bendit 'el Verde' pide una globalización justa para todos
El agitador del 68 enseña la pragmática modernidad de sus ideas
Cohn-Bendit llegó ayer a la Residencia de Estudiantes como invitado al ciclo Cómo ser europeos, que coordina Mercedes Monmany, para impartir una conferencia titulada Europa, Europa... Fue presentado por Gabriel Albiac, pero llegó compañado por José María Mendiluce, hoy eurodiputado independiente del PSOE y mañana, según anunció el propio Cohn-Bendit, portavoz del partido español Izquierda Verde. Mendiluce aprovechó la conferencia de prensa para hacerse una larga sesión de fotos junto a esa gran estrella mediático-política que es aún Dany El Rojo, y además llevó el cartel de su nuevo partido para que el pelirrojo francoalemán lo enseñara a los periodistas.
Lo hizo con alegría, entre largas respuestas en alemán que trataban de hablar del presente y del futuro europeo mucho más que del pasado revolucionario.
Cohn Bendit explicó que la Cumbre de Niza representó la victoria de 'la línea Blair-Aznar', que consiste en lo mejor para cada uno y el egoísmo como única política'. Añadió que antes de emprender la ampliación al Este 'hay que salvar de ese espíritu a Europa y dotar a los ciudadanos de una constitución que recoja sus derechos y deberes y delimite las competencias con toda claridad. El Partido Verde es la punta de lanza de las ideas federalistas europeas'.
Luego no contestó a la pregunta de si seguía siendo rojo, quizá porque resulta obvio que ahora es verde, y sobre la cuestión de si aún es posible o necesaria la revolución, dijo: 'Ahora soy diputado. Las revoluciones siempre se han hecho porque los políticos no han hecho las reformas necesarias a tiempo. Y los verdes estamos empeñados en impulsar las reformas, pero como no soy profeta, no sé si lo conseguiremos'. 'De todos modos', agregó, 'es mejor evitar derramamientos de sangre, y todas las revoluciones del mundo han pasado por eso. Acaban siendo una derrota para los humanos'.
¿Y el movimiento antiglobalización, qué le parece? 'No estoy en contra de la globalización, porque un retroceso en eso sería una debacle para los países pobres. Pero los críticos han tenido el mérito de meter ese asunto en el centro del debate político. La globalización, en el futuro, no puede ser así, no debe beneficiar sólo a las empresas y el mercado. Se debe regular para que haya justicia para todos'.
Y sobre los nacionalismos, concluyó: 'No son de nuestro tiempo, y cuando aducen diferencias biológicas, como en el País Vasco, son una verdadera catástrofe. Pero tampoco hay que humillarlos, y eso es, me parece, lo que ha hecho el PP al nombrar a un ministro del Interior candidato a lehendakari'.
Babelia
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