Alberto Cortez abre una semana en la que grupos de rock tocan por el Sáhara
- La voz y la palabra. En un rincón del alma es el disco que recoge lo más granado de los 40 años de carrera de Alberto Cortez, un artista reivindicado siempre por otros cantautores. Con esa revisión de sus canciones pasa Cortez dos noches en un teatro madrileño. Javier Krahe también antepone el significado de cada verso a cualquier cosa, al igual que José María Alfaya y su Taller de Reinsertables. El israelí David Broza disfruta del éxito de Isla Mujeres, su disco español. El cubano Athanai concluye su minigira por garitos de Madrid con esa mezcla de canción de autor y rock; y Hanny, otro cubano, presenta la salsa romántica de Pa' que te metas adentro.
- El Sáhara y el rock. Grupos como Ska-P, Boikot, Las Abuelas Fumadoras o Porretas se juntan el sábado en un concierto cuyos beneficios se destinan a ayuda humanitaria para los saharauis que viven en campamentos de refugiados. Desde allí vienen, para acompañarlos, el guitarrista Nayim Alal y Mujeres Saharauis, que lidera la sobrecogedora voz de Mariem Hassan. Y es que el rock es mayoritario esta semana, que empieza con el grupo brasileño de hardcore Sepultura y continúa con el punk de NoMensNo, el metal de Avalanch, el enérgico power-pop de Sonotones o Red House Painters, la melancolía de Mark Eitzel y el rap inteligente y ameno de los parisienses-madrileños La Conektha.
- Jazz y otras etnias. El legendario cantante Jimmy Scott, el guitarrista Larry Coryell -otro monstruo del género, muy influyente por sus dotes de improvisación- y Paula Bas, la hija del saxofonista y clarinetista Vlady Bas, llenan las noches madrileñas. Los extremeños Perroflauta vuelven con sus influencias africanas, mientras que los vascos Zur-E Gura juntan la tradición de la txalaparta con el pop, el jazz y la música de la India.
