El Mallorca saca petróleo de Montjuïc

Meter en cada momento la marcha apropiada o nadar y guardar la ropa o hacer de la necesidad virtud. Lo que en fútbol se define como oficio. De él se valió el Mallorca en Montjuïc para sumar tres puntos que le acercan a su objetivo, clasificarse para la Liga de Campeones, cuando más presión le había metido su más directo rival, el Barcelona, que después de vencer en Mendizorroza el sábado se convirtió en interesado hincha del Espanyol. Todo le salió al revés al equipo blanquiazul que empezó muy bravo y, en ocho minutos, envió dos balones a los postes. El cuarteto defensivo mallorquín apareció muy descosido. Toni Velamazán y Sergio gozaron de dos mano a mano con Miki, para más señas el cuarto portero del Mallorca pero, ayer, titular. Los dos remates de Toni y Sergio tuvieron el mismo destino: la madera.

Una vez que escampó el temporal, el Mallorca se recompuso. Eto'o fue quien llevó por el camino de la amargura al Espanyol. El camerunés se situó en una situación de media punta. El Espanyol no le asignó un marcaje individual. Y Eto'o circuló por todo el campo y rompió las líneas blanquiazules con una facilidad pasmosa. La defensa del Espanyol, una de las menos goleadas del campeonato, acabó demostrando su vulnerabilidad en los saques de esquina. Nadal dio un primer aviso. Y Luque no perdonó en la segunda oportunidad en que Ibagaza sirvió desde el rincón de la derecha. Mora es tan efectivo bajo palos como poco dado a neutralizar la artillería rival en el área chica. Y a ello hay que añadir que Lopo llegó tarde al escorzo aéreo de Luque.

El Espanyol intentó acelerar el ritmo pero entonces empezó a advertirse de lo que es capaz el Mallorca para administrar un gol. Chichi Soler y Marcos, más que medio centros, se convirtieron en dos libres que barrían cuanto se movía por delante del cuarteto defensivo. El árbitro escribió una alineación entera reseñando tarjetas y Marcos acabó en la caseta con más de media hora por delante. El Espanyol apretó pero, con Tamudo falto de chispa, no encontró un sólo hueco en el muro que construyó el Mallorca, que acabó sacando petróleo de Montjuïc.