El tribunal encarcela a un acusado del 'caso Raval' por la fuerte pena que prevé imponer
La sentencia se va a acercar a la petición fiscal de 25 años para Lli y 77 para Tamarit
Lli quedó en libertad provisional en junio de 1999 y desde entonces tenía la obligación de comparecer cada semana ante la secretaría de la Sección Décima de la Audiencia de Barcelona para firmar y demostrar que no había huido. El acusado no había faltado nunca a esa cita. Ayer tampoco, pero cuando llegó a las dependencias judiciales le esperaban dos policías de paisano para cumplir la orden de detención e ingreso en prisión que había dictado el tribunal el pasado viernes.
La detención de Lli, por tanto, podría haberse realizado durante el fin de semana, pero la policía no lo encontró en su domicilio y preferió esperar a que acudiese ayer a las dependencias judiciales, según explicaron fuentes relacionadas con el caso. Tras permanecer un cuarto de hora esposado en un banco en el Palacio de Justicia, las funcionarias judiciales comunicaron a Lli la decisión del tribunal, basada en las 'elevadas penas' que se le podría imponer por este caso y para evitar su huida.
Jordi Crespo, abogado de Lli, acudió a la Audiencia de Barcelona para interesarse por su cliente y acabó entrevistándose con la magistrada Montserrat Comas, de la Sección Décima, quien le explicó que el deseo del tribunal era que la detención de Lli no trascendiera a los medios de comunicación, como así ocurrió, hasta que se hubiera producido.
A la salida, Crespo censuró el encarcelamiento de Lli, al considerarlo desporporcionado. La defensa recordó que su cliente había acudido todas la semanas a la Audiencia, que tenía un domicilio conocido y que no había reincidido en los supuestos abusos sexuales a los menores. Poco después de las dos de la tarde, Lli abandonó la Audiencia de Barcelona protegido por tres guardias civiles y dos policías, quienes la emprendieron a codazos con los fotógrafos de prensa para evitar que realizasen su trabajo, en un comportamiento insólito en estos casos.
Petición de la fiscalía
La orden de encarcelamiento de Jaume Lli había sido solicitada por la fiscal del caso, Neus Pujal, el pasado 31 de enero, cuando leyó su informe final y ratificó la petición de 25 años de prisión para él por diversos delitos de abusos sexuales y utilización de menores con fines pornográficos. El principal acusado en el proceso, el monitor Xavier Tamarit, para quien la fiscal pidió en el juicio penas que suman 77 años, también quedó en libertad provisional como Lli en junio de 1999. Sin embargo, en noviembre de 2000 fue detenido de nuevo acusado de abusar de otros dos menores de la localidad barcelonesa de Canet de Mar y desde entonces está en prisión.
Fuentes judiciales explicaron ayer que el encarcelamiento de Tamarit, realizado en las vísperas de la sentencia, hace pensar que las penas que impondrá el tribunal serán muy próximas a las que solicitaba el fiscal para los dos principales acusados. Junto a ellos fueron juzgadas otras tres personas: los padres de un menor al que supuestamente alquilaban por pequeñas cantidades de dinero y Josefa Guijarro, la madre de cuatro hijos que presuntamente sufrieron los abusos. Para cada uno de los primeros el fiscal pide 10 años cárcel y para Guijarro, penas que suman 15 años.
Por otra parte, la policía de Barcelona detuvo el pasado viernes al masajista de un equipo de fútbol infantil de esta ciudad acusado de abusos sexuales. Jordi F. C., de 37 años, se llevaba a los menores a su casa de uno en uno con la excusa de hacerles algún tratamiento especial. Allí les mostraba películas y revistas pornográficas y les hacía masajes que acababan en tocamientos. El acusado, que tiene antecedentes por hechos similares, quedó en libertad tras declarar en comisaría.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.