Ablación
En referencia a la columna de Eduardo Haro Tecglen titulada Clítoris, aparecida el 30 de abril, me gustaría rectificar algunas afirmaciones erronéas. En ese artículo leo con estupor que la ablación sexual es un hecho común entre los que el autor llama mahometanos. Esa mutilación es una tradición que data de los faraones y hay escritos certificados que lo ponen de manifiesto. Se trata de una práctica salvaje que se hace en Egipto y en algunas partes de Sudán y del Sahel. Eso sí, algunos jefes espirituales musulmanes del Azhar han dado luz verde a su seguimiento en Egipto. En la península Arábiga, cuna del islam más fundamentalista, no se conoce esa tradición. De ahí que no exista (en mi conocimiento) ni una palabra en el Corán vinculada con ese tema.
Dejemos de dañar la imagen ya castigada del islam en Europa. Levantando una pared invisible de temor entre Europa y el mundo árabe se acabará con los esfuerzos para entenderse mejor culturalmente.
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