¿Ronald Biggs, a la cárcel?
Ciertos conceptos elementales del Estado de derecho siguen sin cabida en el mundo anglosajón. ¿Cómo es posible que no prescriban por el transcurso de más de 35 años desde su comisión los delitos de robo o quebrantamiento de condena cuando en el resto de los países democráticos prescriben en plazo inferior hasta los delitos de asesinato? ¿O es que lo verdaderamente imperdonable es el ridículo en que quedó la policía inglesa por el asalto al tren y la posterior huida de Biggs?
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.