Aznar ataca al PNV y cita a Álava como símbolo del cambio necesario
El presidente insiste en demonizar al PNV y pide el 'voto libre para un proyecto de libertad'
El PP se permitió ayer en el polideportivo Sansomendi, en una cena con más de mil comensales entregados, una fiesta anticipada por el resultado espectacular que prevé conseguir mañana. Los populares se muestran tan eufóricos que hacen porras (apuestas) en las que sus resultados, sumados a los del PSE, no bajan de 38 escaños en un Parlamento de 75, y en muchos casos llegan a los 40. Su única preocupación, en estas últimas horas, se dirige hacia el comportamiento ambiguo que creen observar en la Ejecutiva Federal del PSOE.
Aznar y todos cuantos intervinieron en el mitin final del PP, arropados por numerosos miembros del Gobierno y de otras instituciones controladas por este partido, se concentraron en ofrecer los mejores ejemplos de por qué Álava es algo más que su granero de votos, la vanguardia del cambio. PP y UA disponen ahora en Álava de 11 parlamentarios. Esperan aumentar esa cifra hasta 15.
El presidente del Gobierno, en su cuarta alocución en esta campaña, recalcó que Álava, donde los populares gobiernan desde hace algo más de un año en el Ayuntamiento de Vitoria y la Diputación, es el mejor escaparate para conocer lo que el PP podría hacer en toda Euskadi. Insistió en este mensaje porque se encontraba en Vitoria, pero también porque entiende que así podría convencer mejor a los nacionalistas moderados que están hartos de la deriva radical.
Para Aznar, 'Álava es el símbolo de cómo se pueden hacer las cosas bien y del encuentro de todos; es el ejemplo para nosotros y para nuestros adversarios'. Y en esta línea volvió a apelar al deber de lealtad con la Constitución, el Estatuto y las reglas de juego democráticas de esos nacionalistas demócratas para que recapaciten, reflexionen y piensen que con su voto en esta ocasión al PP o al PSE podrían forzar la rectificación del PNV. Sostiene que así PP y PSE podrían obtener una victoria rotunda. Un triunfo claro que no dependiese de los que suscribieron el Pacto de Lizarra.
Para su intervención en directo por televisión se reservó un recuerdo a Miguel Ángel Blanco, el edil de Ermua asesinado por ETA en 1997, para reafirmar, en presencia de sus padres, que el domingo, cuando su hijo cumpliría precisamente 33 años, él tiene como obligación 'cumplir con la libertad y con quienes han dado su vida por ella'. Fue entonces cuando pidió el voto para todos los que apuestan por la libertad y apeló a los 'demócratas antes que nacionalistas y a los que todavía le queda dignidad suficiente' para que emitan 'votos libres para un proyecto libre, para un país libre y para un futuro de libertad'.
El candidato, Jaime Mayor, reiteró que el modelo futuro del País Vasco pasa por el ejemplo alavés: 'Mi modelo no está ni en Quebec ni en Irlanda, está mucho más cerca, está en Álava, que es la vanguardia del cambio y la normalidad, del cambio sin ruido y de la libertad sin ira'.
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