Por qué Vargas Llosa dejó a Toledo
El hijo del novelista acusa al candidato de sacar dinero del país y de aterrorizar Perú
El escritor y periodista Álvaro Vargas Llosa (Lima, 1966), uno de los más estrechos colaboradores de Alejandro Toledo, revolucionó en abril la campaña para la segunda vuelta de las elecciones en Perú cuando aseguró estar 'brutalmente decepcionado' por este candidato y le acusó de 'manejos oscuros' en el programa de televisión de su amigo, el escritor Jaime Baily. La historia se convirtió en culebrón familiar cuando su padre, el novelista Mario Vargas Llosa, desautorizó a su hijo al afirmar que había sido intoxicado por 'chismorreos' de Baily. Ahora Vargas Llosa encabeza una campaña a favor del voto en blanco -que, según las encuestas, puede superar el 30% de los sufragios en la segunda vuelta, prevista para principios de junio-, muy cerca de Toledo y por encima del segundo candidato, Alan García, de APRA.
'Toledo está haciendo las cosas que le reprochamos a Fujimori', dijo ayer el periodista en su domicilio de Madrid, donde realiza una breve visita para ver a su familia, afincada en España. Y luego explicó minuciosamente de dónde viene su decepción con el candidato del partido Perú Posible, con el que ha trabajado durante más de un año.
'Conocí a Toledo en Lima durante la campaña de 2000. Inmediatamente conectamos y trabajamos juntos en la resistencia civil y democrática contra Fujimori. Cuando cayó la dictadura, empecé a colaborar con él en la campaña electoral. Sin embargo, una serie de hechos fueron provocando que me distanciase emocional y éticamente de él'. Vargas Llosa acusa a Toledo de haber pactado con Absalón Vásquez, número tres de Fujimori, para controlar el Congreso de los Diputados. 'Lo denuncié y, a pesar de eso, seguimos juntos'.
El segundo asunto ha sido el llamado caso Zaraí: una niña de 13 años que dice ser hija natural de Toledo y cuya madre ha llevado el caso a los tribunales, donde todavía sigue abierto. 'Aunque no quiso someterse a una prueba de ADN exigida por la juez, Toledo ganó tres procesos en los tribunales de Fujimori, a pesar de que todas las pruebas indican que Zaraí es su hija. Le pedí que me diese una explicación y su respuesta fue confusa, como si estuviese ocultando algo'.
Vargas Llosa también acusa a Toledo de mantener reuniones con empresarios para controlar canales de televisión. A espaldas de Vargas Llosa, se reunió con Baruch Ivcher, dueño de Frecuencia Latina-Canal 2. Y luego, en la República Dominicana, con otro empresario, Joseph Maimann, 'conocido en Perú por su compra de bonos de la deuda externa, al que pidió que adquiriese el Canal 2'.
Y, por último, el periodista aseguró tener 'indicios razonables' de que hubo dinero de su campaña que ha acabado en cuentas de la familia de Toledo. 'Ese dinero salió del país y no tengo pruebas de que haya vuelto', dijo.
¿Y cuáles son las pruebas que sustentan todas estas acusaciones, que han sido negadas por Toledo y su equipo? 'Tengo indicios razonables y preferí hacerlos públicos antes de que fuese demasiado tarde. Hay elementos muy chocantes en todos los casos. Lo más grave me ha parecido su reacción tras mi ruptura: nos han enviado turbas, me han negado el permiso para hablar en las universidades y Baily y yo hemos sido víctimas de campañas en medios de comunicación. Hay un ambiente de terror a Toledo en el país', dijo.
Vargas Llosa mantiene que el candidato representa 'un peligro totalitario real'. 'Me han acusado de muchas cosas, pero el primero que ha perdido con mis declaraciones he sido yo. Fuera de Perú, la desautorización de mi padre ha sido un golpe tremendo'. Sobre este tema, aseguró que en lo 'personal y familiar' las relaciones con su padre no han cambiado y que sólo mantienen 'una disputa democrática'. 'Mi padre ha hecho un análisis: elegir entre García o Toledo, y prefiere el mal menor. Todavía no he tenido la oportunidad de explicárselo en persona, pero creo que le convenceré para que vote en blanco'.
El Tercer Candidato es el voto en blanco. Según una encuesta de la empresa Datum publicada esta semana, se sitúa en segundo lugar, con un 35% de los votos, frente al 39% para Toledo y el 26% para Alan García. La Constitución peruana señala que si el 66% de los sufragios son en blanco, las elecciones serán anuladas. 'Si superamos el 30%, nos convertiremos en un contrapeso. Toledo estaría obligado a actuar con honradez para reconquistar a la ciudadanía'.
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